POR Natalia Suárez | 9 de marzo de 2015, 17:17 PM

Una finca privada de San Rafael de Heredia está cortando 300 árboles de ciprés para ser utilizados en la fabricación de muebles.

Los vecinos están preocupados por los efectos que esto pueda tener a nivel ambiental, sobre todo considerando que la zona de recarga acuífera de las nacientes que suplen al agua de una parte importante del gran área metropolitana.

El administrador de la finca asegura que la tala no tiene implicaciones, pues el ciprés no cumple funciones importantes dentro del ecosistema.

Los vecinos son conscientes de que para cortar estos árboles no se requiere de autorizaciones legales y eso justamente es lo que más los atormenta.

Esta no es la primera tala de cipreses que se realiza en la zona, los vecinos aseguran que han acudido a las autoridades pero la ley no protege a esta variedad de árbol.