POR Natalia Suárez | 24 de diciembre de 2015, 1:48 AM

Los 90 años no le impiden a doña Eulalia Cordero caminar con facilidad por el barrial que antecede su casita, donde vive con Teresita y Rafael Ángel, sus dos hijos.

A ellos los toca vivir con la pensión que recibe Eulalia, primero porque Rafael tiene algunos problemas mentales y segundo porque Teresita tiene daños irreparables en un brazo y una pierna.

Hace unos días le presentamos su casa que está cayéndose, con hendijas enormes y sin siquiera un servicio sanitario, de modo que les toca ir al monte, como dicen, a hacer sus necesidades.

Cientos de personas se unieron mediante una donación para cambiarles sus condiciones. Hoy la casita vieja ya no existe.

En el video de esta nota se puede su nueva casa, no hay duda de que parece de postal.

La construcción fue adaptada a la medida de Eulalia y sus hijos.

Tiene un cuarto para cada uno, sala, comedor, cocina y un servicio sanitario que nunca habían tenido. A los 90 años no es fácil acostumbrarse a otra forma de cocinar y por eso se le hizo una extensión de la casa a Eulalia, para que tenga su cocina de leña, que la recibió con todo y tamales hirviendo.

Eulalia se adelantó a sus hijos y conoció toda la casa, su mayor preocupación era encontrar cuál de los tres es su nueva habitación.

Palí le dará 100.000 colones mensuales por los próximos seis meses y Monge les regaló todo el menaje.