POR Natalia Suárez | 24 de diciembre de 2014, 5:38 AM

Liz Vanessa Mora y su hija Andrea sólo se tienen la una a la otra. Viven en una vieja casa de Alajuelita que está peor de lo que se ve a primera vista.

Los huecos se cuentan por decenas, los escombros se atraviesan por doquier y la conexión eléctrica es un peligro constante.

Liz es sorda y eso le ha dificultado encontrar un trabajo estable, así que viven de la pensión de la niña.

Los 50.000 colones son poco para cubrir las necesidades de las dos, de modo que se pasa hambre por lo menos dos semanas al mes.

Al dar a conocer su historia, de inmediato cientos de costarricenses se unieron a la campaña de donación y hoy su nueva vida es una realidad.

Su nueva casa en Poás de Alajuela les ofrece mejores condiciones para vivir, comenzando porque es un lugar seguro, la conexión eléctrica está perfecta y huecos no existen.

Andrea quedó encantada con su nuevo cuarto. La casa fue amueblada por Monge y también recibieron de parte de Palí 500.000 colones distribuidos en cinco meses.

El lote se compró gracias a su donación y el Banvhi otorgó un bono de vivienda para la construcción.

Con sus aportes se hicieron los detalles de la casa y se compró ropa de cama y ropa también para ellas.

Andrea irá a un kínder cerca de su nueva casa y doña Liz está en busca de un trabajo en la localidad.