Entrevistas
Entrevista: TEC avanza con paso firme en la creación de respiradores artificiales
Adrián Quesada, docente de la Escuela de Ciencia e Ingeniería de los Materiales del TEC, es parte de un esfuerzo para crear estos dispositivos
La Universidad de Costa Rica (UCR) desea satisfacer la demanda de hisopos para realizar las pruebas diagnósticas de COVID-19.
Estos instrumentos son necesarios para determinar si una persona está infectada del coronavirus. El hisopo se introduce profundamente en las dos fosas nasales hasta llegar a la nasofaringe, en donde se raspa y se obtiene la muestra.
Como otros elementos médicos, los hisopos escasean en todo el mundo debido a las restricciones y a la alta demanda, por lo que una solución es que se produzcan localmente.
La propuesta la impulsan las facultades de Ingeniería y Microbiología de la UCR en alianza con laboratorios privados y con el acompañamiento de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
El proceso se encuentra en un análisis de laboratorio que realiza la Facultad de Microbiología, por lo que todavía falta al menos un mes más para que inicie la producción masiva de los hisopos.
“Nosotros evaluamos que los hisopos sean lo suficientemente ásperos para raspar el epitelio (capas compuestas por células) en la nasofaringe, pero que no la lastime. Además, probamos la capacidad que tienen para poder empacarse y esterilizarse antes de ser utilizados, por lo que medimos su resistencia al calor.
“Asimismo, estos dispositivos se quiebran una vez que se obtiene la muestra, para poder introducir su cabeza dentro de un tubo que contiene una solución con sales y proteínas para que se mantenga en buen estado hasta llegar al laboratorio, por lo que entonces evaluamos su flexibilidad y el límite de fractura que deben cumplir”, explicó el doctor Norman Rojas Campos, decano de la Facultad de Microbiología.
Por su parte, el decano de Ingeniería, Orlando Arrieta Orozco, afirmó que la UCR realiza el diseño de los hisopos, además de la validación del material y de los prototipos, la CCSS aprueba el diseño y al final empresas externas los fabricarían a mayor escala.
Las reuniones y encuentros de los investigadores para discutir los procesos se han llevado a cabo, en su mayoría, de forma virtual y tomando en cuenta todas las directrices emitidas por el Ministerio de Salud.