Las renuncias de especialistas en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) estuvieron cerca de duplicarse en el último año.
Hasta el 4 de diciembre anterior, el Sistema Control y Evaluación de Nómina (SCEN) de la institución administradora de los centros médicos públicos del país reportaba 40 dimisiones en 2023, según información remitida a Teletica.com.
Esa cifra estuvo cerca de duplicar las 25 registradas en 2022.
La escalada, equivalente a un 60%, fue la segunda más alta ocurrida desde —al menos— 2017, a nivel porcentual. La mayor se dio en 2019 y fue de un 66%.
Entre 2017 y 2023, un total de 129 especialistas renunciaron a sus cargos, de acuerdo con el reporte dado a este medio.
Valga recalcar que esa cantidad equivale a un 3% de los 3.857 médicos asistentes especialistas que reportaba la Subárea de Estadística de Recursos Humanos la Dirección de Administración y Gestión de Personal (DGAP), con base en la planilla de diciembre de 2022.
Las salidas se dieron en 32 centros de salud.
Más de la mitad de los casos ocurrieron en los hospitales Max Peralta (Cartago, con 21), el Nacional de Niños (San José, 11), San Juan de Dios (San José, 11), Rafael Ángel Calderón (San José, 9), Fernando Escalante (Pérez Zeledón, 9) y San Rafael (Alajuela, 8).
Estas dimisiones se dieron, además, en 35 especialidades distintas. Entre las especialidades con mayor número de renuncias corresponden a médicos A de Anestesiología y Recuperación (16), Ginecoobstetricia (14), Ortopedia (7), Psiquiatría (7) y Gastroenterología (7).
Hasta hace un año, la Caja de Seguro Social tenía un total de 64.346 funcionarios, de los cuales un 26% eran profesionales en ciencias médicas.
¿A qué responden las renuncias?
Desde el punto de vista del presidente del Sindicato de Médicos Especialistas (Siname), Mario Quesada, las salidas de colegas suyos que en los últimos años se han presentado en la Caja de Seguro Social, debe ser vistos como un fenómeno multifactorial.
Por un lado, resaltó la sobrecarga laboral que existe a nivel general en la institución; situación que se acentuó durante el estado de emergencia nacional por la pandemia del COVID-19. Tal situación provoca agotamiento físico y emocional en los profesionales.
A ello deben agregarse las reformas en el cálculo del salario y el congelamiento de aumentos derivados de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas y la Ley Marco de Empleo Público.
"Es muy difícil retener a un anestesiólogo por ¢450.000 por quincena. Es muy difícil para una persona de estas mantener a su familia, mantenerse formado, porque la formación posterior se da con recursos públicos", mencionó el doctor en conversación con este medio.
Sumó como factor la negativa de la Caja de otorgar jornadas parciales, como la de cuatro horas diarias o con horarios diferenciados.
Asimismo, Quesada resaltó que la cifra podría ser mayor, si se contemplan los permisos sin goce de salario por periodos de tres o seis meses; generalmente utilizados para probar suerte en el mercado externo o fuera del país, donde los profesionales con el grado de especialización son apetecidos.
Teletica.com intentó contar con dicho dato para este artículo, pero la oficina de prensa de la institución indicó que no tenía cómo obtener esa información.