POR Dudly Lynch | 28 de agosto de 2018, 5:41 AM

Ramses era alegre, jovial, amistoso y desde niño mostraba tener talentos extraordinarios. Sus primeros pasos los dio en Villa Bonita de Alajuela.

La etapa escolar la supero sin dificultades a pesar de vivir en una comunidad vulnerable donde los jóvenes consumían drogas y cometían diversos delitos.

Su hogar era especial, un hogar único y fenomenal, así lo considera él, aunque en su casa solo vivía con su hermano y su mamá.

Esa madre que siempre le dio todo lo que podía, aunque a veces la vida los golpeaba y tenían que enfrentar muchas necesidades. Siempre juntos y unidos.

A una corta edad se apasionó por las tablas de surf y las patinetas.

Su vida iba avanzando poco a poco, cada día admiraba más a su hermano mayor y anhelaba ser como él.

Pero un 11 de diciembre del 2015 sucedió una fatalidad, su vida cambió radicalmente, su corazón se llenó de tristeza, ya el no quería seguir luchando.

Ese 11 de diciembre su hermano mayor Cesar, que tenía 17 años, iba en su bicicleta a hacer un mandado al centro del pueblo, cuando un delincuente le robó la bici y le disparó varias veces y lo asesinó.

Sus deseos, sueños y anhelos se vieron frustrados, ya no quería ni estudiar, la muerte de su hermano lo impactó.

Junto a su madre se enrumbaron a Guanacaste, propiamente a Mata Palo, ahí comenzarían una nueva vida.

Debía volver al colegio, debía seguir luchando, debía ser como aquel niño que siempre sonreía, pero que la tragedia de su hermano lo cambió radicalmente.

Un colegio de la pampa lo invitaba a volver, ese centro educativo tenía una gran particularidad, dentro de las instalaciones había un skate park.

Una fundación llamada ‘Acción joven’ lo había construido con la intención de motivar a los jóvenes para que no dejaran las aulas e incentivar a muchachos para que retomaran los estudios.

El liceo de Villa Real le abrió las puertas de par en par y Ramses aceptó ese gran reto, volver al cole, a noveno año y claro ser parte de esos jóvenes que en los recreos y tiempo libre hacen de las suyas en este parque y además deleita a sus compañeros, profesores y amigos tocando la guitarra, y claro, él también canta, sus composiciones y letra son de inspiración y buscan motivar a jóvenes que están pasando un mal momento en su vida.

La fundación ‘Acción joven’ previene la deserción estudiantil y apoya a los jóvenes que viven en comunidades de riesgo, además busca la inserción laboral juvenil y la prevención de la violencia.

En Costa Rica solamente el 49% de los jóvenes entre los 5 y 24 años completa la educación secundaria.

En el país 193.861 jóvenes entre los 15 y 24 años no estudian ni trabajan, por eso la fundación desarrolla programas e iniciativas que pretenden darle oportunidades a jóvenes que tienen sueños y metas, pero que por pobreza o situaciones de drogas o delincuencia dejan las aulas.

Hay datos que encienden las luces de alerta, por eso, apoyar a los jóvenes es vital.

El 68.5% de las actualizaciones policiales de delitos son de jóvenes entre los 15 y 29 años, de acuerdo a estadísticas suministradas por el Ministerio de Seguridad (2016).

Este skate park se convirtió en el mejor incentivo para cientos de jóvenes guanacastecos que atreves del deporte se olvidan de los problemas, dejan las drogas y abandonan el vandalismo.

Aquí ellos usan todas las medidas de seguridad: deben portar casco, coderas y rodilleras.

En el liceo de Villa Real tienen todo el equipo y se lo prestan a los jóvenes.

Ramsés nunca se dio por vencido, solo vio como un delincuente le cambió la vida cuando le mató a su hermano por robarle la bicicleta.

Él seguirá luchando y demostrando que es un gran joven, un guerrero, un luchador, un ser humano extraordinario.