POR Stefanía Colombari | 12 de octubre de 2024, 8:00 AM

¿Qué sucedería en el ecosistema del país si se hiciera una temporada de cacería de cocodrilos? La pregunta surge después de que el presidente de la República, Rodrigo Cháves, indicó que se trata de un tema que ha conversado y analiza junto con su equipo.

Si bien la legislación costarricense, y los tratados internacionales de los que Costa Rica forma parte, no hacen viable la caza de ninguna especie silvestre, un escenario de esta categoría ha tomado fuerza, especialmente después de ataques hacia personas y mascotas, y sobre todo por la viralización en redes sociales de videos de estos animales en playas del país, lo que hace pensar que podría existir una sobrepoblación.

La bióloga de la Universidad Nacional, Laura Porras, explicó que no es verdad que haya una sobrepoblación, por lo que una temporada de caza generaría distintos impactos ambientales, el principal es que se generaría el efecto contrario a los que se estaría buscando.

Porras explicó que los animales se controlan así mismos, y si se matan cantidades de cocodrilos, quedaría muchos más recursos disponibles para los que quedan, por lo que la tendencia será a una reproducción mayor.

“Ellos dependen de espacio, refugio y alimentación, si hay suficiente comida se siguen reproduciendo. Cuando no hay suficiente comida se matan entre ellos. Por ejemplo, hay casos en donde las hembras inhiben la reproducción porque no hay recursos para alimentarse”, explicó la bióloga.

Otro efecto adverso ocurriría en Guanacaste, una zona que sufre de sequías y en donde quienes mantienen la poca humedad del suelo son precisamente los cocodrilos.

Según la experta, los cocodrilos hacen cuevas en los ríos y permanecen entrando y saliendo, y esos movimientos mantienen la humanidad en los suelos.

Otro de los propósitos más importantes es que controlan a otras especies para que no ocurra sobrepoblación de ellas, por ejemplo, las tilapias, la cual es una especie exótica de pescado que consume especies nativas. Mamíferos como mapaches y pizotes también se mantienen controlados por los cocodrilos.

De acuerdo con la bióloga, estos reptiles además cumplen un rol reciclador de nutrientes, lo que van comiendo, lo reciclan y esto va manteniendo también la estabilidad.

Otro aspecto importante es el equilibrio general del agua. En ese sentido, Porras explicó que si se tienen menos cocodrilos en ríos y lagunas se va a tener un desequilibrio en el nivel de nutrientes y minerales en el agua y en el suelo.

La experta indicó que es ilógico intentar imitar las prácticas de cacería de cocodrilos que ocurren en países como Estados Unidos, pues a diferencia de Costa Rica, ellos sí tienen poblaciones muy grandes de reptiles.

“Cuando la gente dice que deberíamos hacer como hace Estados Unidos, yo digo bueno, sí, claro, en Estados Unidos, solamente el estado de Luisiana tiene 300.000 lagartos. En Costa Rica si hay  5.000 en todo el país es mucho”, agregó.

También aseguró que la idea de que la caza solucionará el problema de la supuesta sobrepoblación, y que además podría generar un beneficio económico  a través de la venta de carne y piel, es inviable, principalmente porque en Costa Rica es prohibido vender ningún derivado del cocodrilo.

En segundo lugar, porque el mercado costarricense ya ha demostrado en el pasado que no le gusta la carne del reptil, pues recordó que una cadena de supermercados ya intentó vender carne de lagarto de Estados Unidos y la tuvieron que sacar del mercado por las pocas ventas.

¿Es normal que los cocodrilos lleguen a las playas? La bióloga indicó que sí, y que se trata de una dinámica que se da todos los años.

“Los cocodrilos tienen una glándula en cada escama para poder regular salinidad, el caimán, al contrario, no tolera la salinidad por eso solo está en agua dulce. Los cocodrilos no viven en el mar, solo salen a cazar o para trasladarse de un lugar a otro, como una especie de autopista. ¿Cuándo hacen esto? A partir de agosto, setiembre y octubre los cocodrilos machos establecen territorios para reproducción, entonces en el río se quedan solo los dominantes. Todos los demás se tienen que ir porque si no los atacan y los matan. ¿Qué hacen los que no ganan las peleas de territorio? Se van a esconder a donde puedan, puede ser el mar.”

Para Porras, lo que ha ocurrido últimamente es que las personas usan más sus teléfonos celulares y redes sociales y sacan muchos más videos.

Además, indicó que se han invadido los hábitats de los cocodrilos.

“En Costa Rica se pasa por alto la ley. En muchísimos lugares hay tours de alimentación de cocodrilos y cuando alimentás a un cocodrilo, hacemos dos cosas: el cocodrilo le pierde el miedo natural al ser humano, entonces ya no nos ve como depredador, sino como uno más. Y además, se habitúa a la presencia de las personas y relaciona a las personas con comida y si ve algo en la orilla es porque me va a dar de comer. Hemos creado un problema, nosotros, no el animal”, explicó la bióloga.

En el 2016, un turista estadounidense fue atacado en playa Tamarindo por un cocodrilo. Al respecto, Porras afirmó que después de investigar, descubrieron que el animal  era una hembra, la cual era frecuentemente alimentada por pescadores para que se mantuviera en la zona y pudiese ser mostrada a los turistas con facilidad.

“Detrás de cada ataque siempre hay una explicación, no es que andan correteando gente”, puntualizó.

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