POR Paulo Villalobos | 9 de enero de 2024, 12:10 PM

El odontólogo forense, José Manuel Fernández, renunció el lunes a su puesto en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Quien fuera el primer y único especialista de su tipo en la Policía Judicial por 17 años comunicó su renuncia al Consejo Superior de la Corte Suprema de Justicia, en una carta con amplios reclamos por sus condiciones laborales.

El profesional de la salud repasó los retos que afrontó en la institución desde su llegada. En su momento, por la creación de su plaza, posteriormente, por el disfrute de vacaciones, la saturación de trabajo, la falta de capacitaciones y su bajo salario.

"Esta carta no la envío para hacer catarsis, podría simplemente presentar mi renuncia y listo; la escribí precisamente porque creo que ustedes no están conscientes de la gravedad de la situación, porque ya hemos renunciado demasiados profesionales en el Poder Judicial y seguirán renunciando más personas mientras las cosas no mejoren.

"Los peritos no renunciamos solo porque los salarios son malos, renunciamos porque no hay crecimiento profesional, no hay salario emocional, porque el personal está desmotivado y está 'quemado' o como quieran llamarlo, porque cada vez son más las autopsias, cada vez son más complejas con la cantidad de cadáveres putrefactos, carbonizados, descuartizados y polibaleados que se ven semanalmente y cada vez son más las valoraciones por lesiones; sumado a todo esto, estamos conscientes del riesgo que afrontamos por nuestra labor en un país donde cualquiera puede atentar contra un perito gracias a la nueva criminalidad que nos aqueja donde el sicariato se ha convertido en algo común", se extrae de la misiva, a la que Teletica.com tuvo acceso.

Fernández rechazó que lo suyo sea un "berrinche infundado" y, para justificar su reclamo, enumeró los casos de 35 médicos forenses y psiquiatras que han renunciado al Departamento de Medicatura Legal del Organismo de Investigación.

"Hoy, luego de analizar mi situación laboral, les puedo indicar que me siento en indefensión porque a diferencia de mis compañeros médicos yo no hago horas extra, yo no tengo guardias, yo no tengo disponibilidad y no tengo posibilidad alguna de crecimiento salarial porque jamás podré ser jefe de nada, ni puedo solicitar ningún tipo de recargo salarial, ni ningún índice gerencial porque no tengo un puesto importante. Este tema lo conversé con mi jefatura y la desafortunada conclusión es que no existe forma alguna de que yo pueda mejorar mi salario.

"Luego de caer en cuenta de que puedo ganarme los trescientos cincuenta mil colones semanales inclusive como chofer de UBER, he decidido dolorosamente dejar de lado todo el esfuerzo realizado desde el año 2004 en una profesión tan digna y tan importante como la Odontología Forense. Precisamente, he decidido renunciar por eso, porque mi dignidad ya no me permite seguir aquí siendo pisoteado como profesional y como ser humano", recalcó el odontólogo.

Antes de culminar, el especialista dijo que le resultó un placer servir a Costa Rica, no así el trabajar para el Poder Judicial, al tiempo que se refirió a la relación laboral con esa institución como una convivencia inmersa en violencia doméstica.

En la carta, copiada al director general de la Policía Judicial, Rándall Zúñiga, así como al subdirector interino Michael Soto, el jefe de Medicina Legal, Franz Vega, y el jefe de la Sección de Patología Forense, Jorge Aguilar; Fernández les pidió "que busquen la manera de frenar la fuga de personal sin acudir a la excusa ridícula de la 'mística' que he escuchado en muchas ocasiones, porque eso es lo que sobra en el Departamento de Medicina Legal".

La veracidad del documento fue confirmada a este medio por la presidenta de la Sala de Casación Penal, Patricia Solano. Sobre el particular se mantienen en trámite consultas ante las oficinas de prensa de la Corte Suprema y del Organismo de Investigación.

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Reconsideración y compromiso

En su misiva, José Manuel Fernández se dijo dispuesto a replantearse la renuncia, siempre que se le ofrezca una creación de la categoría "Odontólogo 1" o alguna similar, así como a recibir las capacitaciones y entrenamientos que requiere.

Asimismo, solicitó "un salario digno y competitivo" de ¢4 millones netos mensuales (frente a los ¢891.300 que gana en la actualidad).

"Sé perfectamente que esto es improbable, si no imposible en el Poder Judicial, pero al menos me voy con la satisfacción de haberles comunicado cuánto debería ser un salario competitivo para un profesional", recalcó el especialista.

Fernández tomó especial relevancia en la investigación del crimen de la anestesióloga María Luisa Cedeño. Esto en el tanto que realizó una pericia relevante para la resolución del caso, en el tanto que en el cadáver identificó tres heridas por mordedura, con las que se asoció a dos sospechosos de apellidos Bodaan e Izquierdo.

No obstante, durante el primer juicio seguido contra ambos y contra un tercero imputado de apellido Herrera, se concluyó que la pericia no era concluyente y además se constataron violaciones a los derechos de Izquierda a la hora de recabar sus muestras dentales. El debate fue anulado y ahora deberá celebrarse uno nuevo, en el que el odontólogo se comprometió a asistir a rendir testimonio y defender su trabajo.