POR Luanna Orjuela Murcia | 8 de septiembre de 2020, 11:19 AM

Diana Alcaraz, mexicana con residencia en Costa Rica, vivió durante 10 días en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría. La Dirección General de Migración y Extranjería le negó la entrada al país por no estar al día con los pagos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

Diana, junto a su esposo tico y sus dos hijos, uno de 10 años y una niña de tres, habitan en México desde hace tres años; pero la situación económica provocada por la pandemia de COVID-19 hizo que su pareja perdiera el empleo.

"Así que decidimos venir a radicar nuevamente a Costa Rica. Hace tres meses mi esposo y mis hijos llegaron en un vuelo de repatriación que hubo el 15 julio. En esa ocasión yo no pude viajar con ellos porque mi pasaporte estaba vencido y no pude salir de México, así que me comuniqué con el Consultado de Costa Rica en México, les conté que renové el pasaporte para poder viajar", comentó Alcaraz.

La mexicana recibió instrucciones del Consulado para ingresar a Costa Rica sin problema, ellos le indicaron que tenía que comprar un seguro de vida y comprar el boleto de avión.

El 29 de agosto Diana abordó un vuelo de repatriación hacia nuestro país. Todo iba bien hasta que llegó a Migración y ahí el oficial le pidió el seguro de la CCSS.

"Yo les dije que no vivía en Costa Rica, mi seguro estaba inactivo, entonces solo traía el seguro del INS como me lo había indicado el Consulado. Entonces Migración me dice que no puedo ingresar al país porque no tengo mi seguro al día de la CCSS y me apartan, me acercan el acta de rechazo y yo me negué a firmar, pues yo trataba de explicar lo del cónsul y no me escuchaban. Simplemente me decían que no tenía un requisito y que no podía entrar al país. Así que me dieron el acta, firmaron como testigos que yo me negué a firmar y me trasladaron a una sala de abordaje", explicó.

Como en este momento no hay vuelos comerciales entre Costa Rica y México, Diana no iba a poder regresar a su país de origen; por lo tanto, en ese momento, empezó su estadía en el Aeropuerto Juan Santamaría, la cual se extendió por 10 días. 

Diana y su esposo empezaron a buscar opciones para solucionar la situación. Tuvieron que esperar hasta el lunes 31 para empezar con los trámites.

"Conseguimos un documento de la CCSS donde dice que yo no debo nada, que yo estoy al día. Además, yo interpuse un recurso de habeas corpus y me dijeron que hasta que me dieran el fallo, tenía que permanecer en el aeropuerto. El fallo lo dieron este lunes y no fue a mi favor", dijo Diana.

Así que durante 10 días, del 29 de agosto al 7 de setiembre, Diana estuvo encerrada en un cuarto de la terminal aérea. Contó que no tenía ventanas ni luz natural, solo artificial, un baño y ducha con agua fría. Además, en un pasillo permanecía un oficial las 24 horas.

"Esos días fueron de mucha angustia y literalmente estuve aislada. Es un cuarto que está en el sótano del aeropuerto. Siempre permanecí con una oficial acompañándome en el cuarto. Ella permanecía en un pasillo de dos metros. Yo me sentí muy cuidada por ellas, estas oficiales las pone la aerolínea para protección mía. De los que me sentí observada era de los agentes de Migración", agregó la pasajera.

Diana recibía las tres comidas principales del día gracias a la aerolínea.

La mexicana permaneció por nueve días encerrada en este cuarto. El día 10 llegó la Defensora de los Habitantes, Catalina Crespo, a conversar sobre su situación. Diana pudo salir a 'dar un paseo' en las salas.  

La pesadilla se terminó este lunes en la tarde, cuando fue notificada a eso de las 6 p. m. de un cambio en el decreto que le impedía el ingreso.

El Gobierno de la República y el Instituto Costarricense de Turismo comunicaron la reforma al decreto ejecutivo No. 42513-MGP-S, que brinda un plazo de 22 días para que los residentes sin seguro vigente con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) puedan ingresar al país y arreglar su situación de aseguramiento. 

Gracias a este cambio en el decreto, Diana pudo salir por fin del aeropuerto este lunes a eso de las 11 p. m. y reunirse con su familia. "Existe un desorden y hubo un mal manejo de mi caso", concluyó.

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