POR Christian Montero | 23 de enero de 2018, 4:52 AM

Una mentira habría ayudado al imputado de la masacre en Liberia a dominar a sus víctimas y facilitar su posterior asesinato.

Así lo explicó la mañana de este martes el médico forense que analizó la escena del crimen y el testimonio de la única sobreviviente.

Es especialista detalló en la corte que la intención primaria de Ríos Mairena, de 33 años, no era matar a los seis jóvenes en esa fatídica noche de enero anterior, sino que lo decidió ya cuando se encontraba en el lugar.

Al parecer el imputado hizo la promesa a los jóvenes de que no los mataría, una afirmación que le permitió tranquilizarlos y por lo tanto dominarlos.

El médico además describió a Ríos Mairena como una persona autoritaria.

Los cinco jóvenes asesinados -cuatro estudiantes de la Universidad de Costa Rica y uno de la UTN - fueron degollados y maniatados y sus cuerpos fueron hallados pasados las 6 a.m. del 19 de enero de 2017.

Ayer, durante el primer día del juicio, un perito del Poder Judicial confirmó que en la casa del sospechoso se encontraron huellas de sangre, lo mismo que huellas suyas en la vivienda donde ocurrió el crimen.

El hallazgo fue posible gracias al trabajo de un perro especializado.

El imputado enfrenta a la justicia por cinco homicidios calificados y otros delitos.

El momento más dramático se vivió ayer cuando el sujeto ingresó a la sala de juicios y una de las allegadas a los cinco muchachos se desmayó, lo cual obligó a sacarla del sitio. El sospechoso se mantuvo impávido al lado de su abogado defensor.

El ataque y masacre

Los primeros atacados fueron Joseph y la menor, quienes estaban durmiendo.​

El hombre se llevo donde estaban otros de los muchachos; le pidió a Ariel que los amarrara y luego lo amarró a él, no sin antes propinarles heridas en las piernas. 

Posteriormente se fue al cuarto de Dayana y le prometió que no les haría nada pero la amenazó, forzó la puerta, la sacó y la amarró.

El primero al que mató fue a Joseph al herirlo en la cara y cuello. Luego, mató a Ariel al lesionarlo en la cara, tórax y tráquea.

Dayana fue la tercera y presentó lesiones en la cara; en cuarto lugar asesinó a Stephanie al herirla en la cara y el cuello. 

La quinta en ser asesinada fue Íngrid, a quien antes de degollar, le quitó la ropa y la abusó sexualmente.

A la menor de edad -que sobrevivió- el sujeto le propinó heridas en la cervical y la tráquea.