Salud
Mitos y realidades acerca del suicidio
Cada 40 segundos se registra un suicidio en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
El pasado 10 de setiembre se celebró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha dedicada a concientizar a las personas sobre un fenómeno el cual, en Costa Rica, afecta principalmente a los jóvenes y a las comunidades con bajos índices de desarrollo humano.
En números absolutos, según la información que recoge el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el Observatorio de la Violencia del
Ministerio de Justicia y Paz, la Dirección de Planificación del Poder Judicial, la Coordinación de Investigación de la Universidad Hispanoamericana y el Instituto de Métricas y Evaluación de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, desde el año 2000 y hasta el 2021, se reportaron 7.308 suicidios. De ellos, un 85% correspondía a hombres y un 15% a mujeres.
Un aumento en la pandemia
Pese a los esfuerzos civiles y estatales para hacerle frente a este fenómeno a lo largo de las últimas dos décadas, los números muestran que ha habido una fluctuación muy baja, con cifras anuales que oscilan entre los 300 y los 360 casos, sin evidenciar ninguna disminución en los últimos 22 años.
La variación más importante, no obstante, se registró durante la pandemia del Covid-19, cuando se dio un aumento considerable en las cifras de suicidios entre los más jóvenes.
Si se comparan los índices de suicidios en el grupo poblacional de 18 a 19 años, se evidencia un aumento del 194% entre el 2019 y 2020. Cuando se compara el mismo indicador del 2020 con el de años anteriores, como por ejemplo, el de 2017, se constata que el incremento fue del 614,29%.
Una mayor afectación entre los jóvenes
Dicho aumento vino a profundizar un fenómeno que ya era conocido por los expertos y que también se reporta en otros países: los suicidios afectan principalmente a las poblaciones más jóvenes, y Costa Rica no es la excepción.
Al analizar el número acumulado de suicidios por subgrupos de edades entre los años 2017 y 2020, encontramos que los decesos de personas entre los 20 y 24 años ocupan el primer lugar de afectación en el país, seguido por las personas de 25 a 29 años. En tercer lugar, se encuentra el subgrupo de 30 a 34 años, seguido por el de 35 a 39 años y el de 40 a 44 años en quinto lugar.
Así las cosas, cabe destacar que la tasa nacional de suicidios en 2021 fue de 7,3 personas por cada 100.000 habitantes, una cifra de la cual se desprende un indicador preocupante que revela que la mayor concentración de estos casos se origina en el cantón de Talamanca.
Problemática en Talamanca
Las cifras evidencian que la región con mayor afectación por suicidios es el cantón de Talamanca, en Limón. En 2021, registró 15,6 suicidios por cada 100.000 habitantes; más del doble que el promedio nacional.
“En la zona se vive con un trauma psicosocial, estamos hablando de población afrocostarricense, de población migrante y población indigena que arrastra un trauma de más de 500 años de abuso, exclusión y que en algún momento fue una violencia institucional”, señala el investigador de la UCR, Damián Herrera.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Talamanca es el segundo cantón con el índice de desarrollo humano más bajo del país. Un hecho al cual apuntan los expertos cuando se refieren a las causas detrás de los suicidios en esta zona del país.
“El suicidio se presenta como una solución ante el limbo que sufren muchos jóvenes que no pudieron construirse una imagen propia satisfactoria sobre su futuro debido a la falta de acompañamiento”, concluyó Herrera.
¿Qué se ha hecho al respecto?
En 2014, en respuesta al aumento en el número de suicidios reportados entre personas jóvenes, el gobierno local declaró una emergencia cantonal. Partiendo de ese momento fue que varios proyectos y organizaciones dedicadas a la salud mental y a la prevención del suicidio empezaron a asentarse en la región, con el propósito de atacar la problemática.
Entre ellas se encuentra la Universidad de Costa Rica (UCR), la cual implementó la Instancia Local de Abordaje Integral de Comportamiento Suicida, un programa enfocado en fortalecer los lazos sociales y ofrecer un espacio donde se pudieran atender las necesidades emocionales de las personas.
Esta iniciativa se concentra en las poblaciones indígenas y pretende motivar a los participantes a aceptar su identidad étnica y a forjar su poder de decisión en el presente y a futuro.
La misma también se ha dedicado a capacitar a la población adulta sobre cómo identificar las conductas suicidas y dar primeros auxilios psicológicos.
Herramientas de apoyo
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