POR Gloriana Casasola Calderón | 19 de agosto de 2023, 9:47 AM

Un experto asegura que grupos cibercriminales que operan fuera del país podrían estar detrás de la ola de estafas bancarias cometidas en Costa Rica, apoyados con funcionarios bancarios.

Evitar brindar información sensible por medio de llamadas telefónicas a quiénes simulan ser empleados bancarios y no ingresar a enlaces sospechosos, son los consejos que se repiten para evitar ser víctima de una estafa.

Sin embargo, en nuestro país se vienen registrando fraudes pese a que los clientes no exponen sus datos.

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Entonces, ¿qué es lo que está ocurriendo en estos casos? ¿Es posible que los ciberdelincuentes ingresen a las cuentas bancarias de los usuarios sin que las víctimas brinden los accesos?

“Sí, es posible y está sucediendo, sin que ellos necesariamente tengan que participar en un ejercicio de ingeniería social, hemos detectado anteriormente funcionarios que a lo interno apoyan a estas organizaciones criminales para poder tener datos de ingreso a las cuentas y datos personales de los clientes”, explicó Esteban Jiménez, experto en ciberseguridad, Atticyber.

Si bien se pueden presentar ataques por medio de software maliciosos para afectar a los bancos, en el país aún no se tienen registros de este tipo.

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“Nos han hecho parecer como culpables siempre, tontos porque nos dejamos engañar, viejos, humillados”, dijo la afectada.

“Esto es cibercrimen organizado, sin duda alguna estamos frente a organizaciones delictivas bien financiadas con presencia regional, no es el call center de La Reforma, son operaciones bien estructuradas en otros países, agregó Jiménez.

En muchos de estos casos la sustracción del dinero se hace por medio de múltiples transferencias en lapsos muy cortos donde las sumas de dinero superan los límites establecidos por los bancos.

Estos grupos criminales hacen los depósitos a personas fallecidas o cuentas “mula” para mover el dinero y en muchos sacarlo del país.

Solo el año pasado se denunciaron cerca de 8 mil estafas bancarias ante el OIJ.