El Refugio Animal Costa Rica se llevó una gran sorpresa, el domingo anterior, cuando un felino africano de la especie serval fue abandonado en una caja transportadora frente a sus instalaciones. El hallazgo ha desatado una serie de interrogantes sobre cómo este exótico animal llegó al país.
Para arrojar luz sobre este caso, Teletica.com conversó con Joshua Ramírez, investigador de la Sección Especializada contra los Delitos Medioambientales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quien compartió una hipótesis sobre la posible llegada del felino africano a Costa Rica.
Ramírez sugirió que el serval podría haber ingresado de manera inadvertida; es decir, que lo confundieran con un gato doméstico debido a su apariencia. Esta teoría plantea la posibilidad de que el felino haya ingresado al país cuando era muy joven y, por lo tanto, pudo haber pasado desapercibido.
"No necesariamente se trajo de África a Costa Rica, en Estados Unidos hay cierta facilidad para comercialización de vida silvestre, pero en Costa Rica el comercio de vida silvestre se rige por la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), que establece ciertos rubros: si la especie está amenazada, tiene una mayor protección y se requiere de permisos.
"Acá lo que podríamos pensar es que esta especie ingresó muy pequeña al país y pudo haber sido confundida con un simple gato, o un felino doméstico. Esas son líneas de investigación que planteamos, habrá que ver qué tipo de documentación se presentó", indicó el investigador.
Existe una raza de gatos llamada savannah, resultado del cruce de un gato doméstico y un serval. Estos primeros cruces volvieron a reproducirse y a los gatos resultantes se les denomina domésticos. La raza apareció a mediados de los ochenta. De aquí la posible confusión.
Además, se ha planteado la posibilidad de que el serval haya sido transportado por vía aérea o terrestre, siguiendo rutas de comercio que son utilizadas para actividades ilegales como el contrabando de cigarrillos y licor. Según Ramírez, las personas involucradas en esta actividad suelen ser especialistas en extracción y transporte de especies exóticas, ya que el proceso de importación es costoso.
En cuanto a por qué el felino fue abandonado en una caja frente al Refugio Animal, el agente de la Policía Judicial considera que la situación pudo haberse vuelto insostenible para quien lo tenía. Esto se asemeja a lo que ocurre con animales domésticos cuando sus dueños no pueden proporcionarles el tiempo y los recursos necesarios para su cuidado.
Ramírez explicó que la Sección Especializada de Delitos Medioambientales se ha dedicado a investigar casos de tenencia y comercialización de animales exóticos, una problemática que ha sido de preocupación creciente en el país. El año pasado, se realizaron decomisos de más de 400 animales en relación con estos delitos. Además, se registraron 328 casos de diferentes delitos ambientales, incluyendo minería ilegal y comercio ilegal de vida silvestre.
Según el Sistema Costarricense de Información Jurídica, serán sancionados quienes comercien, negocien, trafiquen o trasieguen animales silvestres con pena de multa de diez a cuarenta salarios base; o pena de prisión de uno a tres años y el comiso de los animales o productos objeto de la infracción, cuando se trate de especies cuyas poblaciones hayan sido declaradas como reducidas o en peligro de extinción.
Y con pena de multa de uno a cinco salarios base o pena de prisión de cuatro a seis meses, y el comiso de los animales o productos que son causa de la infracción, cuando se trate de animales que no se encuentren en peligro de extinción ni con poblaciones declaradas como reducidas.
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