POR Manuel Delgado | 9 de abril de 2014, 5:03 AM

El problema no es nuevo y pese a los esfuerzos que dicen hacer no se mejora, o quizá simplemente se agrava. Es la contaminación en todos los órdenes de los alrededores de los mercados Central y Borbón.

Ahí el caos se apodera de las calles. Según los dirigentes de los comerciantes del Borbón, las ventas ilegales, el tráfico de drogas y sobre todo la congestión del tránsito reinan sin que nadie ponga orden.

Problema subterráneo. Los comerciantes se quejan de que la Policía persigue al pequeño vendedor, pero no al grande, que es el que le suple del producto ilegal, y que muchas veces pone su mercado ambulante, es decir, su camión, en medio de la calle y se dedica a vender.

Se puede observar el paisaje de la madrugada, captado por las cámaras de la Municipalidad de San José.

Hasta las cinco de la mañana la ley faculta las labores de carga y descarga más o menos por la libre. Después de la cinco, el parqueo de camiones es ilegal.

Pero son las seis de la mañana y las labores siguen como si nada. Los vendedores y descargadores hacen su labor a cualquier hora, es decir, hasta la hora en que aparezca la policía municipal, que es casi nunca.

Desde hace años, un grupo de empresarios ideó el proyecto de crear un bulevar en la Avenida 8. La idea es modernizar cuatro cuadras de esta avenida, tanto desde el punto de vista comercial como turístico.

Consiste simplemente en hacer de una manera moderna y confortable lo que el desorden ha hecho una realidad. El mal parqueo y las ventas callejeras han convertido a este vía en una de un solo carril. Pero ese es el plan: dejar un solo carril para vehículos, y el resto convertirlo en amplios pasos peatonales.

La obra tiene un costo de 240 millones, y fue presupuestada el año pasado por la Municipalidad de San José. Sin embargo, por la falta de permiso de SETENA no ha comenzado a construirse.

Pero no solo los alrededores de los mercados, sino toda la capital ha vivido en medio de un caos vial que no se ha atendido por años.

No es sino hasta ahora, al final del Gobierno, que el MOPT se dispone a poner orden en algunas cosas.

La primera es la demarcación de las llamadas cajas amarillas para sancionar a los vehículos que obstruyan el paso, una infracción que está pensada por ley en todas las intersecciones, pero que a partir de ahora será pena en nueve cruces del centro de la capital.

La otra es la delimitación de espacios fijos para la descarga en horas del día. En la ciudad se puede cargar y descargar entre ocho de la noche y cinco de la mañana. Para el resto del día habrá ahora solo 145 espacios donde esas tareas podrán llevarse a cabo entre las nueve de la mañana y la una de la tarde. Habrá veda total en las horas pico.

20 cuadras intervenidas en una primera etapa, un espacio, sin embargo, no llega a la zona de los mercados, donde se supone que ya no volverá a ocurrir una feria al aire libre ilegal entre cinco y nueve de mañana.

Las cajas amarillas habían sido introducidas hace algunos años, pero la medida no tuvo continuidad. Esta, situada frente al hospital San Juan de Dios, es quizá la más irrespetada.

¿Tendrán continuidad estas medidas o se olvidarán dentro de unas semanas?

Por ahora, 44 oficiales velarán por el cumplimiento de las normativas. En manos de ellos está que la ciudad capital gane en seguridad y ornato y, en cierta forma, se convierta en una ciudad más humana.