POR José Fernando Araya | 15 de septiembre de 2022, 7:22 AM

En una entrega más del especial de Beneméritos costarricenses en Teletica.com, recordamos la destacada labor de Monseñor Víctor Manuel Sanabria, investigador, historiador y arzobispo de San José entre los años de 1940 y 1952, justo en uno de los momentos de mayor cambio político y social de Costa Rica.

Sanabria nació el 17 de enero de 1899 en San Rafael de Oreamuno, Cartago.

Los primeros estudios los cursó en su ciudad natal y la secundaria en el Colegio Seminario de San José. En 1915, ingresó al Seminario Mayor; cuatro años después, en 1919, fue profesor del Colegio Seminario y, posteriormente, obtuvo en Roma el doctorado en Derecho Canónigo. En 1921, se ordenó sacerdote y regresó a Costa Rica, donde fue nombrado coadjutor de la Parroquia de Cartago y profesor de Religión del Colegio San Luis Gonzaga.

En 1925, ocupó la Capellanía del Colegio de Sión, además de fundar el periódico católico “El Correo Nacional”.

Ya para 1938 fue nombrado Obispo de Alajuela y el 7 de marzo de 1940 fue electo como el segundo arzobispo de San José hasta ese momento, cargo que ocupó hasta su muerte, cuando tenía 53 años.

Hablar de la década de los 40 en Costa Rica es hablar de uno de los periodos de mayor cambio y transición política, cultural y social para el país y del que Monseñor Sanabria fue protagonista clave en la mediación de ideas y conflictos. El desarrollo de la II Guerra Mundial provocó que no solo en nuestro país, sino a nivel mundial, se diera un auge de las luchas sociales y de pensamiento.

Así fue como nació la Reforma Social Cristiana, entre 1940 y 1943, que provocó grandes cambios como la creación de la Universidad de Costa Rica, el nacimiento del Seguro Social, derogación de leyes liberales, la incorporación de un capítulo de las Garantías Sociales en la Constitución Política y la promulgación del Código de Trabajo. Todo esto es vital para que el costarricense disfrute hoy de beneficios como vacaciones pagadas, atención médica, seguros de enfermedad, maternidad e invalidez, pago de cesantía y prestaciones laborales, entre otras.

Fotografía de Monseñor Sanabria en sus primeros años como sacerdote. Blog 'El Espíritu del 48'.

El auge del comunismo provocó que algunos grupos vieran con recelo la Reforma Social Cristiana, por lo que fue fundamental el apoyo de diversos sectores sociales, entre ellos la Iglesia, en la figura de Monseñor Sanabria.

Según una biografía de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, para ese entonces la mediación de la Iglesia con el Gobierno del doctor Calderón Guardia fue determinante, pues ayudó al acercamiento y negociaciones con el principal opositor del momento, Manuel Mora, líder del Partido Comunista.

La alianza entre el Gobierno y esa agrupación ayudó a aprobar las reformas sociales gracias a la intervención de Sanabria, aunque algunos historiadores niegan dicho acuerdo y cercanía. Incluso, en 1943, Monseñor Sanabria no fue invitado al Congreso Eucarístico de la época, pese a que todos los obispos del istmo fueron tomados en cuenta.

“Todos los obispos de Centroamérica fueron invitados por Monseñor Mariano Rosell y Orellano, primado del lugar. No obstante, el Gobierno guatemalteco, bajo la dictadura de Jorge Ubico, le negó la visa a Monseñor Sanabria por considerarlo un obispo comunista y peligroso para la seguridad de aquel Estado. El prelado no pudo asistir, pero tampoco lo hicieron los otros obispos centroamericanos en un acto de solidaridad con Monseñor Sanabria”, menciona Ricardo Blanco Segura en su libro dedicado a la historia de este benemérito.

Mediador de la paz en medio de la guerra del 48

Para 1948, la tensión política en el país provoca uno de los peores enfrentamientos bélicos en la historia de Costa Rica. Las elecciones de ese año fueron anuladas a favor del doctor Rafael Ángel Calderón Guardia, contra el periodista Otilio Ulate, ganador de aquel sufragio.

Según el libro de Blanco Segura, Ulate fue mandado a la cárcel por ganar las elecciones y fue el propio Arzobispo quien lo acompañó a la penitenciaria para proteger así su vida de cualquier atentado.

José Figueres Ferrer no estuvo de acuerdo en la anulación de las elecciones y se levantó en armas contra el Gobierno, hasta que logra hacerse con el dominio de prácticamente todo el país. Un pacto entre Figueres y Manuel Mora provoca la protección de las garantías sociales y así evitar la “Batalla de San José”, lo que salvó muchas vidas.

Durante este conflicto, Sanabria fue mediador importante para evitar una guerra todavía mayor e, incluso, llegó a proponer a las partes que dejaran en sus manos la solución de las discrepancias.

“Monseñor Sanabria llegó incluso a viajar hasta La Lucha, donde estaban los rebeldes, para entrevistarse con don Pepe. Tal vez la participación del arzobispo parezca un tanto extraña en la actualidad; pero, en aquel momento, él era la única persona en el país que le hablaba a todos. Calderón, Picado, Ulate y Figueres lo respetaban y lo escuchaban, pero sus esfuerzos por evitar el conflicto fueron en vano”, añade la publicación de Blanco.

Monseñor Sanabria durante las negociaciones en los años 40. 

Una vez finalizado el conflicto, Monseñor Sanabria se había mantenido firme a sus alianzas históricas, aunque llegó a condenar la contrarrevolución por parte de Calderón Guardia, quien, ayudado por Anastasio Somoza, llegó a tomar el pueblo de La Cruz.

Su relación con Figueres no fue la mejor e incluso llegó a reclamarle por la persecución de los vencidos, lo que provoca una crisis entre la Iglesia Católica y la Junta Fundadora de la II República, al punto que se llegó a hablar de que el Papa Pío XII lo quitaría de su cargo de Arzobispo.

Sin embargo, en 1950, el Papa y Sanabria tuvieron una audiencia en la que hablaron de toda la situación que vivía el país y él mismo le indicó que siguiera adelante sin preocupaciones, que contaba con su confianza, según cuenta Gustavo Soto, doctor en Filosofía de la UACA, en su publicación “Monseñor Sanabria: Apóstol de la paz y la fraternidad de los costarricenses”.

Legado a la Iglesia y fallecimiento

Gracias a su visión, ayudó a fundar el Colegio Vocacional de Desamparados, que actualmente lleva su nombre, así como el Vocacional de Heredia, apoyando así el nacimiento de este tipo de educación en Costa Rica, que dio paso a más colegios vocacionales de enseñanza gratuita en todo el país.

Entre las obras escritas y publicadas por Monseñor Sanabria destacan las biografías de nuestros dos primeros obispos: Anselmo Llorente y La Fuente (1935) y Bernardo Augusto Thiel (1941), así como diversas publicaciones de la Virgen de los Ángeles, la Orden Franciscana en Costa Rica y las Genealogías de Cartago hasta 1850, entre otras.

Además, durante su periodo como arzobispo llegaron los Padres Franciscanos, los Franciscanos Conventuales, los Padres Capuchinos, los Carmelitas Descalzos en Barrio Cuba e inició el contrato con los Padres Claretianos.

También se fortaleció la presencia los Padres Salesianos, los Hermanos de La Salle, pioneros del Colegio La Salle, erigió más de 10 parroquias y dos coadjutoras territoriales. Elevó en 1944 al Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles al rango de parroquia.

Video sobre los 70 años del fallecimiento de Monseñor Sanabria, publicado por Telenoticias en junio de 2022: 

Funda, el 31 de julio de 1950, Radio Fides, que es inaugurada el 25 de julio de 1952, un mes después de su fallecimiento. Por si fuera poco, el hospital de Puntarenas lleva su nombre.

El 8 de junio de 1952, Monseñor Sanabria falleció a los 54 años debido a un ataque al corazón. Él es el único arzobispo que no está enterrado en la Catedral Metropolitana, pues pidió que sus restos permanezcan en su pueblo natal, Oreamuno de Cartago.

El 19 de noviembre de 1959, la Asamblea Legislativa lo declaró Benemérito de la Patria.

Destaca que el pasado mes de junio de este 2022, se celebraron los 70 años de su fallecimiento con una homilía en Cartago.