POR Natalia Jiménez Segura | 21 de diciembre de 2020, 13:58 PM

La ocupación de las camas para pacientes críticos COVID-19 llegó al tope y los espacios que se abren son muy pocos.

La última actualización facilitada por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), a las 2 p. m de este lunes, señalaba que existen 116 camas críticas para pacientes con el virus, de las cuales 16 están libres.

El sábado, incluso, el gerente médico de la CCSS aseguró que por primera vez, desde el inicio de la pandemia, había pacientes "haciendo fila". 

Ante la saturación de este servicio, ¿cómo deciden los doctores a quienes dar una cama?

Teletica.com conversó con el doctor Marco Vinicio Boza, intensivista de Hospital Calderón Guardia, sobre los criterios que se toman en cuenta.

El médico aclaró, de primera entrada, que los criterios existen desde antes de la pandemia, para cualquier persona que ingresa a una Unidad de Cuidados Intensivos. El más importante es que tenga posibilidad de recuperación.

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Según Boza, a la UCI no ingresan personas en etapa terminal, desahuciadas, que cuenten con un pronóstico sombrío a corto plazo e incluso personas jóvenes que tengan o hayan tenido múltiples enfermedades severas que no sean recuperables.

En otras palabras, reciben a pacientes en peligro de muerte, pero que puedan ser rescatadas correctamente.

“No se entra a la UCI simplemente porque algún médico solicitó el ingreso a la UCI. El médico que está tratando a la persona puede tener una primera idea de que el paciente podría requerir atención en cuidados intensivos, pero el propósito de ellos es estabilizar al paciente y mandar a llamar al intensivista”, comentó el doctor.

Posteriormente, el experto hace una valoración clínica e integral: analiza quién es la persona, cuáles antecedentes tiene, situación actual de su salud, pronóstico de sobrevida, cuál es su enfermedad y cuál es su pronóstico de muerte.

Esto ocurre con cualquier enfermedad y en cualquier Unidad de Cuidados Intensivos.

“El COVID-19 no ha venido a cambiar las reglas del juego, COVID-19 ha venido a adaptarse a las reglas del juego”, indicó el doctor.

A pesar de que no existen criterios cuadrados de quién podrá recibir ciertas atenciones y tratamientos, debido a que todas las personas y enfermedades son diferentes, si existen preguntas que se pueden hacer para que el proceso sea más efectivo.

“Si solo hay una cama y hay dos personas con el mismo diagnóstico, ingresa la que tenga mayor capacidad de recuperación y a la inversa. Ingresa aquella que solamente en UCI podría tener opciones de sobrevida”, aseguró el funcionario de la Caja.

El doctor Boza brindó el siguiente ejemplo.

Hay dos personas que hacen "fracaso" respiratorio simultáneamente y ambas cuentan con diagnóstico de COVID-19. Inmediatamente se llama a la UCI y esta responde ‘solo tengo una cama disponible’. El emergenciólogo contesta ‘pero yo tengo dos pacientes’ y la respuesta es ‘solo tengo una cama disponible’.

En ese caso, el emergenciólogo delibera con el intensivista y la primera pregunta que se hace es ¿cuál tiene más capacidad de sobrevida, cuál tiene mejor pronóstico?

“Inmediatamente se va a hacer una valoración integral de cada paciente y se va a dar respuesta a la pregunta. Podríamos tener una situación en la que los dos tengan igual pronóstico de sobrevida. Los dos podrían sobrevivir de manera muy simular entrando a la UCI”

Si eso ocurre, se llega a la segunda pregunta. Si los dos tienen, más o menos, el mismo pronóstico de sobrevida, ¿cuál de los dos definitivamente no lo lograría si no estuviera en una UCI?

Ahí se toman las decisiones correspondientes.

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Lista de espera

Las camas que están al tope son las críticas, pero de igual manera las de cuidados severos están saturadas.

“Antenoche hubo lista de espera para entrar a cuidados intensivos, imagínese lo escandaloso que es eso. ¿Por qué? Porque simplemente el número de infectados crece y un número de infectados bastante predecible va a requerir hospitalización”, añadió el intensivista.

“Lo que tenemos claro es que ningún paciente se va a quedar sin ser correctamente atendido en la medida en la que se pueda ofrecer todos los servicios. Incluso, el paciente que no entra a cuidados críticos va a ser atendido correctamente”, explicó Boza.

Boza aseguró que, a pesar de que el escenario es en realidad preocupante, actualmente las UCI no están colapsadas, pero si saturadas.

“Una UCI crítica y una severa y que las dos se están llenando. La necesidad de elección de pacientes no es diferente a la que hemos hecho en otras épocas, pero si se vuelve peligroso que haya un aumento desafortunado en el número de casos y que el sistema colapse”, concluyó el doctor.