POR Mariela Montero Salazar | 18 de agosto de 2020, 17:46 PM

La pandemia de la COVID-19 dio un duro golpe a los pescadores del Golfo de Nicoya, quiénes vieron un desplome en sus ingresos tras el cierre de restaurantes y hoteles en la zona.

En  esta parte del país, muchas familias empezaron a vivir extrema necesidad  y tenía dificultades  para suplir la alimentación básica, según mostró un reportaje de 7 días, con un equipo que viajó a estas comunidades hace tres meses.

Hoy, el escenario es otro, ya que muchos de los pescadores artesanales del Golfo de Nicoya han recibido ayuda de diferentes familias, organizaciones y empresas en medio de la crisis sanitaria.

A la fecha, se han llevado paquetes de alimentos a 480 familias de Isla Chira, Costa de Pájaros, Níspero, Sonzapote, Loma Bonita, Tortuguero, Copal, Puerto Pochote, Puerto San Pablo, Puerto Jesús, Puerto Thiel y Quebrada Honda.

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El golfo de la desesperación

Si el COVID-19 ha golpeado la economía del Valle Central, imagine lo que ha hecho en zonas que siempre han sido víctimas del abandono y la necesidad.

​Según datos de Fundación MarViva, que coordinó un trabajo en la zona para la entrega de diversas ayudas.

“Después de tanto tiempo de estar preocupados por la emergencia y de esperar tanto, hemos empezado a ver las bendiciones”, dijo William Quirós, uno de los pescadores de Isla Chira que recibió los donativos.

También envió un mensaje de agradecimiento, William Ortega, pescador de Puerto Pochote, "agradezco a todas las organizaciones que se sumaron para darnos esta ayudita".

En las entregas ayudaron voluntarios de las empresas y ciudadanos, quienes se organizaron y siguieron todos los protocolos recomendados por el Ministerio de Salud.