POR Jose Ernesto Herrera | 24 de septiembre de 2024, 18:55 PM

Claudia Jiménez y Carlos Vargas son una pareja que ha demostrado que el amor de padres es incondicional y no se desvanece con el tiempo. Ambos son adultos mayores, pero la vitalidad y el cariño que dedican a su hijo Marco, quien hoy tiene 22 años, son un ejemplo de perseverancia y devoción.

Cuando Jiménez y Vargas tenían 42 años, llegó Marco a sus vidas. Nació con discapacidad cognitiva, trastorno del espectro autista (TEA) y lesiones cerebrales que han afectado su movilidad. Desde entonces, el joven ha necesitado atención y cuidado las 24 horas del día, los siete días de la semana.

A pesar de las dificultades, esta pareja ha dedicado su vida entera a velar por la felicidad y bienestar de su hijo. Hoy, a sus 22 años, Marco sigue siendo para ellos un niño que requiere amor, atención y cuidados constantes. En cada gesto y mirada, se refleja la profunda conexión que une a esta familia (repase la historia completa en el video adjunto).

El día a día no es fácil, pero ellos lo enfrentan con la fortaleza que solo el amor puede brindar. Con ternura y paciencia, Claudia y Carlos se aseguran de que Marco tenga todo lo que necesita, a pesar de los propios desafíos físicos que llegan con la edad.

Esta historia no es solo la de Claudia, Carlos y Marco; es un homenaje a todos esos padres que, ya en la tercera edad, continúan cuidando con amor incondicional a sus hijos con discapacidad. El ejemplo de Claudia y Carlos inspira a cualquiera que los conozca, recordándonos que el verdadero amor no conoce límites de edad ni de esfuerzo.

Ellos han encontrado en el amor a su hijo la energía para seguir adelante, demostrando que ser padres es un compromiso que se lleva en el corazón, más allá de los años.

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