POR José Miguel Cruz | 23 de diciembre de 2024, 18:55 PM

En Turrialba, un taxi brilla cada Navidad, transformándose en un espectáculo único que se ha convertido en tradición. Melvin Fonseca Brenes, taxista con más de 30 años de experiencia, ilumina su vehículo desde hace 10 años, llevando alegría y espíritu festivo a su comunidad.

“No solo es un excelente taxista, también es una persona que le da vida al pueblo”, comenta Carlos González, amigo cercano de Melvin.

Eduardo Godínez, vecino de Turrialba, también destaca la dedicación de este conductor: “Siempre está pensando en alegrar a los demás. Lo que hace con su taxi es algo que no se ve en otro lugar”.

La decoración de su taxi no se limita a la Navidad. Durante el año, Fonseca transforma su vehículo para eventos especiales como el Mundial, el mes de la Patria y el mes rosa (octubre, por la lucha contra el cáncer de mama). Sin embargo, la decoración navideña es la que más destaca, un proceso que inicia desde octubre con una planificación meticulosa.

“Me gusta que las personas disfruten del taxi, que sea algo más que un medio de transporte. Es mi manera de aportar a la alegría del pueblo”, explica el chofer.

La tradición de iluminar su taxi ha convertido a Melvin en un personaje querido y admirado en Turrialba. Su esfuerzo por crear momentos inolvidables refleja no solo su pasión por su trabajo, sino también su compromiso con la comunidad.

El taxi de Melvin es más que un vehículo; es un símbolo de creatividad y dedicación. Ya sea durante las fiestas patrias o en la Navidad, este taxista demuestra que incluso las acciones cotidianas pueden convertirse en algo extraordinario. En Turrialba, Melvin Fonseca no solo lleva pasajeros, también transporta magia y tradición.

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