POR José Miguel Cruz | 7 de octubre de 2024, 14:30 PM

En el corazón de Hatillo vive una mujer que se ha convertido en un ejemplo de superación y pasión por aprender. Rosita Vargas Rojas, de 81 años, es conocida por su energía y dedicación, que desafían los límites de su edad. A pesar de los obstáculos que la vida le ha puesto en el camino, su entusiasmo por la educación y las actividades comunitarias la han transformado en un referente entre sus compañeros y vecinos.

Vargas es incansable. Los martes asiste a un curso de cocina; los jueves, a clases de manualidades; y los viernes, al taller de costura. Además, por las noches, asiste a la Escuela 15 de Setiembre, en Hatillo Centro, donde actualmente cursa el tercer grado de primaria.

Su espíritu de servicio también la lleva a realizar mandados para los vecinos de su barrio, ayudando con pequeñas tareas diarias. Madre de 12 hijos, lamentablemente solo cuatro de ellos siguen vivos. No obstante, su fuerza y determinación se reflejan en su amor por la vida y en su constante deseo de seguir aprendiendo.

Hace cinco años, Rosita tomó una decisión crucial: dejó atrás un largo vicio con el alcohol, dedicando desde entonces todo su tiempo y energía a su crecimiento personal. Hoy, su vida está llena de aprendizaje y nuevas oportunidades, demostrando que nunca es tarde para comenzar de nuevo.

Esta historia es un recordatorio de que la edad no es un límite cuando se trata de aprender, crecer y superarse. Con su energía contagiosa, su protagonista continúa inspirando a quienes la rodean, mostrando que la verdadera pasión por el conocimiento no tiene fecha de caducidad.

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