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El homenaje en vida a "Chimbolo"
Un accidente de tránsito, que lo dejó sin una pierna, no fue impedimento para que siguiera pescando.
Cuando se pensionó, doña Dora soñó con tener su propia panadería. Así fue: se compró lo necesario para empezar a preparar y vender pan en su comunidad. A sus 72 años, se levanta todos los días a las 2 a. m. para hornear y repartir el producto.
Dos horas después, a las 4 a. m., se va a nadar a las piscinas de Goicoechea.
Es una mujer que ama el trabajo y la vida. Su gentileza y su don de servicio hacen de doña Dora un ángel en la Tierra. Es una vecina de Granadilla de Curridabat, madre de tres hijos. Actualmente, vela por su bisnieto, a quien adoptó luego de que su madre muriera.
Conozca esta inspiradora historia en el video adjunto.