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Dos extranjeros se enamoraron del cantón de La Cruz y lo convirtieron en su hogar
Sobran los motivos para visitar este rincón guanacasteco, pero también para quedarse. Los protagonistas de esta historia lo confirman.
En Naranjo de Alajuela, José Corrales, conocido cariñosamente como "Chispín", dedica su vida a embellecer el jardín del Templo Nuestra Señora de las Piedades.
Tiene 60 años, ha trabajado incansablemente durante los últimos cinco años para transformar este espacio en un verdadero paraíso terrenal (repase la información en el video adjunto).
Corrales tiene una visión para el jardín del templo. Sueña con llenarlo de figuras de animales que él mismo poda con dedicación y arte. Imagina un espacio donde la naturaleza y la creatividad se entrelazan, ofreciendo a los visitantes un lugar de paz y belleza inigualable.
Además, cada octubre comienza una de sus obras maestras más esperadas: el portal gigante de la iglesia. Este monumental proyecto, que finaliza en diciembre, se ha convertido en una tradición apreciada por la comunidad local. Los detalles y el esmero que José pone en cada rama y hoja reflejan no solo su habilidad como jardinero, sino también su profunda devoción y amor por su trabajo.
Así es José Corrales, el querido “Chispín” de Naranjo, el alma detrás de la belleza del Templo Nuestra Señora de las Piedades, un hombre cuya vida y trabajo continúan inspirando y embelleciendo la vida de todos los que tienen la suerte de conocerlo.