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10 razas populares de gatos y sus temperamentos
¿Quiere un gatito? Saber cuál raza se acopla más a su personalidad es un detalle muy importante.
La introducción de un nuevo gato en la casa y los problemas de agresividad que esto podría conllevar son parte de una patología muy frecuente en este tipo de felinos, así lo asegura David Peiró, etólogo y director de FOGAUS Bienestar Animal.
La razón detrás de este hecho es muy clara: la naturaleza biológica y social del gato es la de una especie solitaria, por lo que debe tomarse en cuenta en el contexto de su comportamiento.
"Si se acostumbran desde infantes a estar con otros gatos, puede mejorar mucho su convivencia en el futuro. Si no, va a ser muy complicado. De cualquier forma, si tenemos un gato y vamos a meter a otro en la casa, primero hay que ver cómo interactúan entre ellos. En algunas ocasiones se ignoran, otras pueden hasta tener relaciones sociales de juego. En otras, es común ver al gato residente cambiar muchas de sus conductas anteriores, e incluso puede mostrarse agresivo con el nuevo gato. A veces, puede llegar a niveles donde ambos gatos dejan de comer, de descansar y se obsesionan con la nueva presencia en su territorio. Esto también suele venir acompañado de marcajes con orina por parte del gato residente, dejando de hacer sus necesidades en la bandeja o en el jardín", explica el experto.
Recordemos que la base vital del gato es el territorio y no la manada, tal y como ocurre con los perros, por lo que cualquier cambio en su perímetro territorial le va a afectar.
¿Cómo introducir un nuevo gato de manera exitosa?
Si dos gatos se llevan mal, es necesario hacer una reorganización de los espacios dentro de la casa, de manera que haya uno destinado al gato nuevo que esté separado del que utiliza el residente, asegurándose de que, al menos al principio, no puedan verse.
Una vez que los gatos se encuentren estables en sus territorios separados, se deben implementar barreras físicas donde ambos se puedan ver sin tocarse. Para ello, se pueden utilizar barreras como un cristal o una malla, de manera que los animales puedan empezar a habituarse a la presencia del otro gradualmente, hasta llegar al punto donde se puedan colocar las tazas de comida de cada uno más cerca.
Si después de seguir este proceso todo marcha bien, ese será el momento para empezar a quitar las barreras y darle seguimiento a la evolución de su relación. En caso de que la situación no mejore con esta medida, será necesario contactar con un etólogo especialista en gatos para recibir el apoyo más adecuado, según la circunstancia.
Si quiere aprender más acerca del comportamiento y conducta de los gatos, puede consultar el sitio web del Técnico en Gestión, Manejo y Bienestar Animal de la UACA y el Instituto Fogaus en el siguiente enlace: https://www.fogaus.com/tecnico-en-gestion-manejo-y-bienestar-animal/