POR José Fernando Araya | 20 de diciembre de 2020, 22:30 PM

El mes de julio fue la sensación. Tras 14 años de ausencia, el león perdido regresó a casa para liderar con su experiencia el añorado título 30.

Bryan Ruiz, el manudo más exitoso de los últimos años se volvía a vestir con los colores de Alajuelense tras brillar y ser campeón en Holanda con el Twente y jugar en renombrados equipos como Fulham, PSV Eindhoven, Sporting de Lisboa y una etapa no muy buena con el Santos de Brasil.

Precisamente en este equipo tuvo problemas y estuvo sentado por más de un año, e incluso fue mandado al equipo B.

Con más de un año sin tener participación, Ruiz decidió abandonar el equipo brasileño para regresar al equipo que lo vio nacer.

El 23 de julio aseguró que no vendría solo por seis meses y que se quedaría para luchar por conseguir la 30, palabras que llegaban como alivio a una afición que había perdido una final más, justo un mes atrás.

De inmediato comenzaron las especulaciones sobre su nivel, pero con el paso de los partidos confirmó que aún le quedaba cuerda para rato pese a sus 35 años de edad.

El volante tomó las manijas del equipo y les dio más confianza a los jóvenes, pero sobre todo se convirtió en el socio perfecto para el hondureño Alex López, uno de los más criticados en los últimos dos torneos consecutivos que perdieron el título.

En el actual certamen, Ruiz disputó 17 partidos y marcó 4 goles  para comandar a la Liga a recuperar su estrella tras siete años de sequía.

Nuevo referente.

Ruiz fue fundamental para dar rostro a un equipo que estaba carente de líderes tras la marcha de Patrick Pemberton y Jonathan McDonald en los pasados torneos.

La Liga se quedaba sin referentes y la ausencia preocupaba a los aficionados que veían sus esperanzas de título muy lejanas.

Pero la llegada de Ruiz revivió esa esperanza, como si del último de los mohicanos se tratara el capitán llegó y con él apareció una nueva generación de figuras, pese a que muchos fueran de otros equipos.

Así Leonel Moreira, Adolfo Machado, Álvaro Saborío y Jonathan Moya rápidamente tomaron la batuta de figuras, pese a venir todos de sus equipos rivales.

Todos fueron fundamentales en el título conseguido este domingo ante el Herediano.

Cabe resaltar que para Ruiz este fue apenas su segundo título de Primera División, tras el conseguido en el 2004-2005 tras derrotar al Municipal Pérez Zeledón con un marcador global 4-1.

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El volante manudo fue uno de los jugadores más regulares en el campeonato, encontrando en Bryan Ruiz el socio perfecto para carburar.

En aquella temporada Ruiz marcó 12 tantos en 30 partidos disputados, recordemos que se trataba de torneos de un año, de ahí que el Apertura 2020 será su primer certamen corto.

Un año antes había alcanzado el título de Concacaf al vencer al Deportivo Saprissa en la final del área.

Luego de esto dio el salto al fútbol internacional el 22 de abril del 2006 donde brilló con el Gent de Bélgica para pasar al fútbol de Holanda, club con el que se convirtió en uno de los pocos ticos en ser campeón en Europa.

No cabe duda de que, con su llegada, Ruiz renovó la comunión entre afición y equipo que estuvo en una relación delicada desde hace años. Con la incorporación del 10, la Liga volvió a creer y recordar su grandeza hasta llevar a que el león volviera a ser el rey una vez más.