POR José Fernando Araya | 15 de junio de 2023, 22:59 PM

Probamos nuevos jugadores. Probamos variaciones al sistema. Probamos jugar más ofensivos y probamos manejar la pelota… Pero el resultado sigue siendo el mismo.

¿A qué juega esta Selección? Es una pregunta que lleva meses en la órbita de todos. La afición, la prensa, los analistas... de todos menos de los que deberían exigir.

La Sele volvió a recibir una cachetada, esta vez por parte de una ordenada y más valiente selección de Guatemala, que con un único dardo al inicio del partido fue suficiente para vencer 1-0.

El técnico de Guatemala, Luis Fernando Tena, lleva desde el 2021 con el equipo, y su equipo sí parece evolucionar, tener mejoría, unas palabras que a Costa Rica le quedan aún cortas.

Keysher Fuller tuvo una tibia marca apenas empezando, el chapín Galindo tuvo más coraje y metió pata, le ganó el pulso y sirvió para que Carlos Mejía mandara a guardar el 1-0 en apenas seis minutos de juego. 

Seis minutos, primer tiro al arco y marcador ya en contra, además de una tonta amarilla de Cristopher Núñez en apenas tres minutos.

La Sele, fiel a la idea de jugar más ofensivo, se hizo con la pelota, pero sin fundamento. Como cuesta descifrar a qué juega, cuál es el objetivo principal o qué busca el cuerpo técnico comandado por Luis Fernando Suárez.

Pero esa premisa hizo pasar mal rato a los laterales (Fuller y Valverde) quienes dejaron desprotegida la parte baja e hicieron correr a los centrales (Calvo tapando todo lo que pudo) para evitar un segundo tanto.

No fue la noche para los Wilmer Azofeifa, los Núñez o el propio Aarón Suárez, aunque este último al menos lucho -muy solo- contra el buen orden de la defensa guatemalteca.

Diego Campos naufragó en ataque, al igual que Anthony Contreras, que prácticamente no marcaron diferencia alguna.

Suárez quiso componer para evitar el sonrojo al ingresar a Joel Campbell y Celso Borges, dos líderes que mostraron una mejor cara, pero que evitaron la debacle. Lo que comienza mal, termina mal.

Costa Rica se marcha con una pobre presentación del amistoso de Los Ángeles y ahora van a Filadelfia para preparar el juego del martes ante un rival más difícil, la mundialista selección de Ecuador.

Con este panorama, casi ya de desesperación, es poco lo que podemos esperar de una Selección que lleva años sin saber a qué juega y únicamente depende de milagros individuales para brillar. La Copa Oro pinta a papelón.