POR José Fernando Araya | 14 de noviembre de 2024, 22:19 PM

Desde hace mucho rato la Fedefútbol y los propios jugadores de la Selección Nacional buscan como acercarse poco a poco a una afición que ha ido perdiendo la confianza.

El partido ante Panamá sirvió para calentar un poco más ese ambiente.

Entradas baratas, una buena asistencia de poco más de 28 mil espectadores y hasta el propio clima ayudó, pues pese a las fuertes lluvias que azotan el país, lo que hubo fue una espesa neblina y alguna que otra lluvia, pero nada torrencial.

Pero ni con todos esos picantes, La Sele volvió a calentar un aficionado que una vez más salió decepcionado.

La gente se metió en las jugadas de peligro, pero en el segundo tiempo todo lo bueno se borró con la mano y tras el gol panameño, la desconfianza volvió a tomar las gradas de un Nacional que quedó en silencio.

Al final, una derrota más para la Tricolor que se marchó en medio de todo tipo de reacciones desde las gradas: unos chiflaron, otros les reclamaron a la salida, mientras el técnico Claudio Vivas salió cabizbajo y con cara desencajada del estadio mientras los panameños se reunían en festejo en el centro de la cancha.

Otros ni siquiera se esperaron al cierre y abandonaron las gradas poco a poco, dándole la espalda una vez más a los protagonistas vestidos de rojo.

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La Tricolor volvió a caer ante Panamá y su futuro en Liga de Naciones se complica.

Todo esto hace pensar que pocos serán los ticos que estén viajando a Panamá al juego de vuelta en el Rommel Fernández el próximo lunes.

Pues al final de cuentas, ¿quién viajaría 736 kilómetros para ver a una selección que no parece convencer a nadie?