Internacional
Se intensifica la diplomacia para controlar las armas químicas de Siria
Los esfuerzos diplomáticos para poner las armas químicas de Siria bajo control internacional se intensificaron el miércoles, mientras investigadores de la ONU establecieron...
Los esfuerzos diplomáticos para poner las armas químicas de Siria bajo control internacional se intensificaron el miércoles, mientras investigadores de la ONU establecieron que las fuerzas del Gobierno fueron casi con seguridad responsables de dos masacres en mayo, en las que murieron hasta 450 civiles.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, hablaron por teléfono un día antes de reunirse en Ginebra para buscar una estrategia conjunta para eliminar el arsenal químico de Siria.
En Nueva York, enviados de los cinco miembros permanentes del Comité de Seguridad de Naciones Unidas -China, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Rusia- iban a discutir un borrador de resolución preparado por París, que le daría al presidente Bashar el-Asad un ultimátum para entregar sus armas químicas o enfrentarse a sanciones, algo a lo que Moscú se opone.
Pero las conversaciones en Ginebra se verán ensombrecidas por la oposición de Rusia a mantener la amenaza de acciones militares contra Siria, algo que Washington dice es necesario para que Asad cumpla con sus promesas.
El martes por la noche, el presidente Barack Obama dijo que le pidió al Congreso no llevar adelante una votación sobre su petición de autorización para usar la fuerza en Siria. No dio plazos para una acción, pero dijo que cualquier acuerdo con Asad requería verificar que el líder sirio cumpla con su palabra.
Rusia entregó a Estados Unidos su plan para colocar el arsenal de armas químicas de Siria bajo control internacional y pretende debatirlo el jueves en Ginebra, dijo la agencia de noticias Interfax citando a una fuente rusa.
Moscú ha sido el mayor respaldo de Asad en casi tres años de conflicto que ha dejado casi 100.000 muertos al entregar armas y, junto con China, bloquear tres resoluciones del Consejo de la ONU para presionar al líder sirio.
El martes, Siria aceptó una propuesta rusa para entregar sus armas químicas. Estados Unidos dice que las fuerzas de Asad usaron armas químicas para matar 1.400 civiles el 21 de agosto.
MASACRES
En tanto, un informe de la ONU documentó nueve matanzas masivas y atribuyó todas menos una al Gobierno sirio.
El informe dijo que tanto el Gobierno como los combatientes rebeldes habían cometido crímenes de guerra, incluyendo ejecuciones, secuestros y bombardeos contra civiles en su batalla por territorio.
Las matanzas en Baida y Ras al-Nabaa, dos bastiones rebeldes rodeados por pueblos leales al presidente Asad en las afueras del territorio costero de Banias, enviaron un escalofriante mensaje del precio a pagar por respaldar a los insurgentes.
La comisión de investigación de la ONU no ha sido autorizada a entrar en Siria, pero sus 20 investigadores realizaron 258 entrevistas con refugiados, desertores y otras personas, en la región y en Ginebra para su undécimo informe en dos años.
En Baida, según el reporte murieron entre 150 y 250 civiles, incluyendo 30 mujeres, aparentemente ejecutadas, que fueron encontradas en una casa. El informe agregó que rebeldes armados no estaban activos en la zona en ese momento.
"Los testimonios fueron consistentes de que miembros de las Fuerzas Nacionales de Defensa estuvieron involucrados activamente en las incursiones y en muchos casos liderándolas", dijo el reporte.
"En consecuencia, hay argumentos razonables para creer que las fuerzas del Gobierno y milicias asociadas incluyendo las Fuerzas Nacionales de Defensa son las perpetradoras de la masacre de al-Bayda (Baida)", agregó.
El día siguiente, mientras se conocían las noticias de que las milicias avanzaban con apoyo del Ejército, cientos de civiles intentaron huir del pueblo vecino de Ras al-Nabaa, pero fueron rechazados en los puestos de control. Fuerzas del Gobierno bombardearon la localidad y luego ingresaron las milicias.
"Mientras entraban en el pueblo, civiles fueron capturados y ejecutados", dijo el reporte, agregando que "la operación no ocurrió en el contexto de una confrontación militar".
El informe reportó 150 a 200 muertos en Ras al-Nabaa.
SILENCIO DEL GOBIERNO
El Gobierno sirio mantuvo silencio sobre las matanzas en ese momento pero un funcionario de inteligencia sirio, hablando a Reuters bajo condición de anonimato, reconoció que los perpetradores eran leales a Asad, incluyendo algunos de las cercanas poblaciones alauís.
Millones de personas se vieron forzadas a dejar sus hogares en el conflicto, que comenzó en marzo de 2011 como un levantamiento contra Asad y desembocó en una guerra civil donde rebeldes mayormente suníes enfrentan a las fuerzas del Gobierno, que están respaldadas por Irán y Hezbollah.
La única matanza deliberada de civiles atribuida a los rebeldes en el período investigado ocurrió en junio, cuando capturaron Hatla en la provincia oriental de Deir al-Zor.
El informe de 42 páginas, que mayormente abarcó incidentes entre mayo y julio, también acusó a fuerzas leales a Asad de bombardear escuelas y hospitales, y a los rebeldes de realizar ejecuciones sumarias después de sentencias de cortes islámicas de la ley sharia sin el debido proceso.
La comisión, liderada por Paulo Pinheiro de Brasil, instó al Consejo de Seguridad a llevar a los perpetradores ante la justicia por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
El equipo también verificó la matanza de 450 personas durante una ofensiva de las fuerzas del Gobierno y combatientes de Hezbolá para retomar la estratégica localidad de Qusair.