Internacional
Rajoy se enfrenta a un "lío general" para formar gobierno en España
La habitual estabilidad del sistema político español queda muy dañada por la irrupción de dos nuevos partidos: Podemos y Ciudadanos.
El jefe del gobierno español saliente, el conservador Mariano Rajoy, se enfrenta desde este lunes a una difícil misión: intentar formar gobierno tras ganar las elecciones legislativas pero lejos de la mayoría en un parlamento muy fragmentado.
"Lío general", "Gobierno en el aire", se leía este lunes en las portadas de la prensa española, mientras la bolsa de Madrid caía casi un 3% con todos sus valores en los números rojos.
La habitual estabilidad del sistema político español, basado desde 1982 en la alternancia en el poder del Partido Popular, de Rajoy, y los socialistas del PSOE, queda muy dañada por la irrupción de dos nuevos partidos, el partido antiausteridad Podemos y el centrista Ciudadanos.
"Voy a intentar formar gobierno y creo que España necesita un gobierno estable", aseguró el domingo por la noche Rajoy ante sus militantes, desencantados por la pérdida de 63 escaños y la cómoda mayoría absoluta que disfrutaba desde 2011.
Su formación se mantuvo primera con 123 diputados, lejos de los 176 de la mayoría absoluta. No le fue mejor a su tradicional adversario, el PSOE, que se quedó 1,6 millones de votos por detrás (5,5 millones) con 90 escaños y perseguido de cerca por Podemos con 5,2 millones de votos y 69 diputados, menos de dos años después de su nacimiento.
El posible aliado del PP, los liberales de Ciudadanos, consiguió la cuarta plaza pero con solo 40 diputados, quedando descartada la posibilidad de un gobierno de coalición de centroderecha.
"Será necesario hablar mucho, dialogar más, llegar a entendimientos y acuerdos", reconoció Rajoy en la noche electoral.
Legislatura corta
Asfixiados por la crisis económica y escandalizados por los numerosos casos de corrupción de conservadores y socialistas, los electores españoles castigaron el domingo a los partidos tradicionales.
El PP obtuvo su peor resultado desde 1989 y perdió 3,6 millones de votos, mientras que el PSOE se dejó 1,5 millones de apoyos, quedando en un mínimo histórico.
Pero la anunciada defunción del bipartidismo deja un panorama incierto en la política española. El 13 de enero se deben formar el nuevo Congreso y ningún bloque (ni izquierda ni derecha) alcanza la mayoría absoluta: Ciudadanos y PP sumarían 163 diputados y PSOE-Podemos, 159.
"La gobernabilidad queda muy tocada", señala la politóloga Berta Barbet, profesora de la Universidad de Barcelona y editora del web de análisis Politikon. "Los equilibrios serán muy complicados".
"Se vislumbra una legislatura corta, montada sobre pactos endebles", añade el catedrático de ciencia política de la Universidad Autónoma de Madrid Fernando Vallespín.
Una vez constituido el Congreso, el rey Felipe VI empezará las consultas con los partidos para designar un candidato a formar gobierno. Este debe ser investido por mayoría absoluta en primera vuelta o, si no fuera posible, por mayoría simple después. Si al cabo de dos meses, nadie lo ha conseguido deberán celebrarse nuevas elecciones.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ya anunció este lunes que su formación facilitará la investidura de Rajoy: "Lo que necesitamos es una abstención del PSOE, una abstención de Ciudadanos y un gobierno en minoría que tendrá que tener la cintura suficiente para aceptar reformas", dijo.
El PSOE, que podría intentar una difícil coalición de izquierdas con Podemos y los partidos nacionalistas para desbancar al PP, reconoció el domingo que es Rajoy quien debe intentar formar gobierno aunque no hicieron ningún guiño a una hipotética abstención.
El precio de esta abstención, según Vallespín, podría ser muy alto: la renuncia de Rajoy. "El PSOE tiene muy difícil vender ante sus electores apoyar a Rajoy (...) Se tendría que dar paso a otro líder del PP, eso es casi obligado. Y si el PP no está dispuesto a eso, vamos a unas elecciones anticipadas", afirma.
Según él, éste sería el escenario preferido también por Podemos que "aspira a la hegemonía de la izquierda y le interesa que el PSOE muestre un rostro más de centro".