POR AFP Agencia | 12 de noviembre de 2020, 5:30 AM

La partida de Donald Trump de la Casa Blanca, que llevó a cabo en los últimos años una política con tintes de Guerra Fría contra China, podría dejar a Taiwán sin un preciado aliado.

Bajo la presidencia Trump, la relación entre las dos primeras potencias militares del mundo estuvo marcada por un conflicto comercial y un enfrentamiento diplomático casi diario.

La actitud de Trump hacia China durante estos cuatro años, tan impredecible como -en ocasiones- beligerante en temas tan dispares como el comercio, el coronavirus o Hong Kong, hizo que se ganara las simpatías de Taiwán, una isla con gobierno propio que lleva décadas amenazada por una potencial invasión de su vecino.

Un riesgo que aumentó desde que en 2016 fuera elegida en Taiwán la presidenta Tsai Ing-wen, contraria a la visión de Pekín de que la isla forma parte de una "sola China".

Nunca tantos aviones del ejército chino realizaron tal número de incursiones en el espacio aéreo taiwanés como en los últimos meses.

"Estoy decepcionado porque Trump, presidente de un gran país que apoyaba firmemente a Taiwán, haya perdido las elecciones", afirmó Shanna Lee, una empleada de oficina de 24 años de Taipéi.

"Ningún otro dirigente mundial se atreve a reprender a China y defender a Taiwán como lo ha hecho Trump", destacó.

Bajo la presidencia del republicano, Washington y Taipéi acercaron posiciones. Todo empezó con la llamada telefónica de la presidenta Tsai para felicitar a Donald Trump por su victoria, en 2016, lo que irritó profundamente a Pekín.

El presidente estadounidense también aprobó ventas de armas a Taiwán por un monto estimado en unos 18.000 millones de dólares, incluyendo sistemas de defensa costera Harpoon (HCDS) y drones MQ-9 "Reaper".

En agosto, el secretario estadounidense de Salud visitó la isla. Fue el responsable estadounidense de más alto rango en hacerlo desde 1979, cuando Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Taipéi.

En un sondeo de YouGov realizado antes de las elecciones estadounidenses en doce países y territorios asiáticos, el único lugar en el que una mayoría de encuestados afirmaba desear que ganara Trump era Taiwán.

"Caja de Pandora"

Durante el recuento de votos en Estados Unidos, un diputado del Partido Democrático Progresista (PDP), la formación de la presidenta Tsai, dio de qué hablar al acudir a una reunión de su partido llevando una máscara pro-Tump.

En Taipéi, mucha gente tiene la sensación de que Trump ha mejorado la imagen de marca de la isla, mientras que Pekín continúa atacando a los pocos países del mundo que tienen relaciones diplomáticas con Taiwán e impidiendo que la isla integre organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En temas de sociedad, como los derechos de las personas homosexuales, Tsai, que lleva a cabo una política progresista, y el partido demócrata comparten puntos de vista. Además, la presidenta no tardó en felicitar a Joe Biden por su victoria, en Twitter.

El presidente electo afirmó en campaña que quería desarrollar sus lazos con Taiwán, pero los analistas estiman que durante sus primeros días en la presidencia lo que seguramente haga sea intentar mejorar las relaciones con China.

Para Sung Wen-ti, profesor de Estudios Taiwaneses en la Universidad Nacional Australiana, las posibilidades de que Tsai llame a Biden para felicitarle son "relativamente bajas".

Lo que más le preocupa a Taipéi es que la nueva administración estadounidense se distancie de Taiwán para "preservar su cooperación con China en materia de cambio climático y de proliferación nuclear", señaló Michael Mazza, investigador invitado en el American Enterprise Institute.

En cambio, otros consideran que se está llevando a cabo una reorganización bipartidista en lo que respecta a Taiwán y China, y que la época en que Washington hacía lo que fuera para no crispar a Pekín quizá haya pasado a la historia.

"Trump abrió la caja de Pandora", subrayó Su Tzu-yun, analista en el Instituto de Investigación sobre la Defensa y la Seguridad Nacionales de Taipéi.

"Estados Unidos definió a China como un importante desafío en Asia y exhortó a los aliados a trabajar juntos para limitar el poderío chino... Biden incluso trató al presidente chino Xi Jinping de 'matón'".

"La política estadounidense para contener a China no cambiará", según él.