POR AFP Agencia | 12 de enero de 2014, 3:37 AM

(AFP). El relator especial sobre tortura de la ONU, el argentino Juan Ernesto Méndez, criticó que Brasil haya abandonado la idea de recuperar social y moralmente a sus presos, y alertó sobre la posibilidad de que ocurran nuevas tragedias en sus cárceles.

En una entrevista publicada este domingo por el diario Folha de Sao Paulo, Méndez afirmó además que nunca había visto imágenes de presos decapitados como las que esta semana se conocieron de la cárcel de Pedrinhas, en el estado de Maranhao en Brasil (noreste).

"Muchos países, como Brasil, abandonaron la idea de recuperación (de los presos)", declaró Méndez, miembro del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU y relator especial sobre tortura.

"Es un gran error abandonar la idea de recuperarlos social y moralmente. No podemos perder la esperanza, si no ocurrirán más tragedias como la de Maranhao", enfatizó.

Méndez señaló que "principalmente" en América Latina se repiten escenas de violencia carcelaria, sobre todo en países como Honduras, México, Brasil y Venezuela.

"En América Latina se coloca a una persona presa y se cierra la puerta. En el interior de las prisiones hay mucha libertad y esa libertad también se transforma en mucho caos y descontrol", comentó.

Estimó que la solución no es crear más presidios, sino "medidas de regeneración, reducir las penas, mejorar el acceso a la libertad condicional".

No es sólo un asunto de recursos, remarcó, señalando por ejemplo que en África "las condiciones físicas son malas pero el tratamiento de los presos no es tan malo".

El relator estimó además que sería conveniente que un equipo de observadores internacionales visitara la cárcel de Pedrinhas, ubicada en la ciudad de Sao Luis, en Maranhao, uno de los estados más pobres de Brasil.

El miércoles pasado la ONU ya había expresado su preocupación por el "pésimo estado" de las cárceles brasileñas.

Un día antes se difundió en la prensa un brutal video en el que aparecían tres presos decapitados, filmado aparentemente con la cámara de un teléfono celular.

Según la ONG de derechos humanos Conectas, que trabaja en en el tema carcelario, actualmente hay en Brasil 548.000 presos, y hacen falta 207.000 plazas suplementarias para evitar el hacinamiento.