POR Mariana Barboza | 28 de agosto de 2020, 6:19 AM

La violencia en Nicaragua ha aumentado en el primer semestre del año, según un estudio realizado por investigadores de ese país. De acuerdo con organizaciones de la sociedad civil los esfuerzos de las fuerzas de seguridad no están destinados a la seguridad ciudadana sino al control político.

El estudio llamado “la violencia letal en Nicaragua”, realizado por la investigadora Elvira Cuadra, revela que, en el primer semestre del año 2020, hubo un aumento significativo en los casos de asesinatos, en relación al mismo semestre del año pasado.

De enero a junio de 2020, el estudio registra 114 casos de asesinatos, mientras que, en el mismo periodo de 2019, hubo 26.

Para el sociólogo y catedrático Sergio Cabrales el aumento en la violencia tiene sus razones.

“El aumento de la pobreza como consecuencia de la crisis sociopolítica, la crisis que también la pandemia ha generado. Esa doble combinación que está generando una doble presión en la sociedad, dañando el tejido social y dañando la economía. Eso tiene inevitablemente un impacto en la violencia misma”, indicó.

Cabrales afirma que, aunque la policía es una de las instituciones que cada año recibe más recursos del presupuesto nacional, sus funciones están destinadas al control político.

“La policía en vez de estar haciendo lo que en realidad debería hacer de patrullar las calles por evitar la delincuencia está enfocada en una función represora”, destacó el Sociólogo.

Sin embargo, Sergio Gutiérrez, jefe de la policía de Managua, sostiene que la prioridad de la institución estatal es la seguridad de la ciudadanía.

“La policía nacional continúa realizando planes especiales de vigilancia y patrullaje, reforzada en barrios, mercados, paradas, terminales buses terminales, parques, carreteras y destinos turísticos. Seguimos fortaleciendo la seguridad vial, seguridad escolar y seguridad en el campo”, agregó.

Y aunque las autoridades gubernamentales sostienen que Nicaragua sigue siendo el país más seguro de Centroamérica, las organizaciones de derechos humanos denuncian que, a partir del año 2018, la violencia empezó una nueva escalada.