POR AFP Agencia | 27 de marzo de 2023, 5:35 AM

Rolling Fork, Estados Unidos | El devastado estado de Misisipi seguía enfrentando en la noche del domingo las secuelas de los tornados que arrasaron el sur de Estados Unidos y dejaron al menos 25 muertos, mientras se temen nuevas inclemencias climáticas.

Los equipos de rescate evaluaban el daño en casas destruidas, edificios derribados y vehículos aplastados en Rolling Fork, un pequeño poblado que prácticamente desapareció.

En ese municipio de unos 2.000 habitantes, las calles parecen una "zona de guerra", dijo a la AFP John Brown, responsable de la Cruz Roja para los estados de Alabama y Misisipi.

En tanto, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advirtió a los pobladores de esos dos estados de posibles nuevas "tormentas eléctricas supercelulares" la noche del domingo, que podrían "producir fuertes tornados y granizos muy grandes".

El número de muertes el domingo "todavía se mantiene en 25 con decenas de heridos", indicó el último reporte del Servicio de Emergencia de Misisipi (MSEMA), que advirtió que es probable que la cifra "cambie" próximamente.

Vientos de más de 160 km/h atravesaron este estado del sureste de Estados Unidos, dejando "daños devastadores" a su paso, dijo el gobernador de Misisipi, Tate Reeves.

Uno de los tornados fue clasificado preliminarmente como categoría 4 (en la escala Fujita de 5), indicó el MSEMA.

Filas enteras de casas fueron arrancadas de sus cimientos, las calles están llenas de escombros y se ven algunos automóviles en techos de viviendas, así como árboles derribados y con trozos de metal enroscados en sus troncos.

Dolor y angustia

El sábado comenzó a organizarse la ayuda en esta ciudad. La Cruz Roja estadounidense se instaló en un edificio de la Guardia Nacional, al que están llegando alimentos, medicamentos y catres.

Algunas personas viajaron decenas de kilómetros para ayudar a los damnificados.

Jon Gebhardt, profesor asistente de ciencias militares en la Universidad de Misisipi en Oxford, a unas tres horas en coche desde Rolling Fork, declaró que llegó a la localidad en la noche del viernes para colaborar en el montaje del centro de asistencia.

Debido al "dolor y la angustia" de los habitantes, "lloré mucho", declaró a la AFP.

El sábado por la noche, electricistas en camionetas recorrieron la ciudad para tratar de restaurar la energía lo más rápidamente posible.

"Vamos a hacer todo lo posible para dar soluciones de vivienda y otros medios para que la gente vuelva a la ciudad lo más pronto posible", dijo Reeves durante una rueda de prensa en Rolling Fork.

El gobernador estaba acompañado del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, quien dijo haber visto una situación "angustiosa".

También mencionó el cambio climático.

"Ráfagas destructivas"

"Vemos cómo aumentan los eventos meteorológicos extremos, tanto en gravedad como en frecuencia", señaló. "Debemos construir nuestras ciudades de manera de estar mejor preparados y de ser capaces de responder rápidamente y restablecer" la normalidad lo antes posible, agregó.

El presidente Joe Biden ordenó el domingo el despliegue de ayuda federal, que se utiliza para levantar viviendas provisorias, reparar otras y entregar préstamos blandos para cubrir pérdidas de propiedades no aseguradas.

Biden evocó el sábado imágenes "desgarradoras" y aseguró que el Estado federal hará "todo lo posible para asistir" a los afectados "mientras sea necesario".

El MSEMA confirmó que se esperan nuevas condiciones climáticas severas. "Existen peligros 'reforzados' de condiciones meteorológicas graves" en algunas regiones de Misisipi, tuiteó. "Ráfagas destructoras y tornados son posibles".

En todo el sur de Estados Unidos, las tormentas eléctricas también fueron particularmente intensas el viernes.

En Alabama, un hombre murió tras volcar su remolque, indicó la comisaría del condado de Morgan.

Los tornados, un fenómeno meteorológico tan impresionante como difícil de predecir, son habituales en Estados Unidos, especialmente en el centro y sur del país.

En diciembre de 2021, alrededor de 80 personas habían perdido la vida después de que fenómenos de ese tipo azotaran el estado de Kentucky.