Internacional
Los ingeniosos secretos de los iglúes
Es una de esas imágenes que conocemos desde niños: los esquimales y sus casas blancas, redondas y fáciles de dibujar. Pero no son tan fáciles de hacer y para que sirvan de hogar hay unos detalles clave que no se pueden olvidar.
Kevin Doyle
Phnom Penh
Iglú: Vivienda de forma semiesférica construida con bloques de hielo, en que, durante el invierno, habitan los esquimales y otros pueblos de análogas características... Pero, ¿cómo?
En el norte de nuestro planeta está uno de los lugares más remotos y hostiles de la Tierra: el Ártico, un ambiente en el que es extremadamente difícil para los humanos sobrevivir.
En invierno, la región está congelada durante meses que parecen no tener fin e incluso en verano no hay árboles y muy pocas plantas comestibles.
No obstante, de alguna manera, cuatro millones de personas viven en ese polo; dependiendo de un conocimiento íntimo de su entorno, caminan constantemente por una cuerda floja entre la vida y la muerte.
En Ilulissat, Groenlandia, cada año la gente del pueblo inuit se reúne a celebrar el retorno del Sol.
Tras meses de oscuridad, hace su aparición a los 13 minutos de la 13ª hora del 13º día de enero.
El calor del hogar
Los habitantes del Polo Norte no tendrían ni la mínima posibilidad de sobrevivir sin tener lugares en los cuales refugiarse.
Un iglú puede hacer la diferencia entre la vida o la muerte cuando la temperatura afuera es de -20º centígrados.
Para refugiarse del frío extremo... ¿una casa de nieve?
Los padres inuit les enseñan a sus hijos cómo hacer estas particulares viviendas cuando niños.
Les muestran cuál tipo de nieve es mejor usar y cómo cortarla con sus cuchillos de nieve.
Luego, cómo se unen los bloques de hielo en tres lugares separados para asegurarse de que la casa no colapse.
Un iglú bien construido debe permitir que entre la luz y al mismo tiempo mantener fuera los helados vientos.
El ABC del iglú
Por estar hecho con materiales que se pueden conseguir fácilmente, es la vivienda perfecta para el Ártico.
Pero lo que los hace aún más adecuados son unas características clave que tienen los iglúes tradicionales que hacen en Igloolik, Canadá.
- Nieve
Empecemos con lo básico: lo iglúes están hechos de nieve y nada más.
Como es el caso con cualquier construcción, la calidad del material es importante.
La nieve debe estar lo suficientemente seca y firme para manipularla y cortarla con una sierra.
- Aislamiento térmico
Para proteger al iglú de los elementos, construyen un banco de nieve de la altura de la primera hilera de bloques de nieve a todo su alrededor.
Ayuda a mantenerlo caliente, teniendo en cuenta que "caliente" es relativo.
- Plataforma
¿Dónde duermes si estás en un iglú?
En tu cama, que es una plataforma hecha de nieve de hasta 60 centímetros de altura.
El aire caliente siempre sube, de manera que con una cama alta aprovechas la parte más caliente del iglú, cerca al techo.
Tradicionalmente, un pequeño quemador de aceite ayuda a calentar el ambiente pero hay que estar pendiente de que no suba mucho la temperatura pues sus paredes se empezarían a derretir.
Tienen que dejar entrar la luz y el aire pero no el frío.
- Conducto de ventilación
Más o menos a tres cuartos de la altura del iglú, hay que hacer un pequeño hueco.
Funciona como un conducto de ventilación, que deja entrar aire fresco para respirar.
Su otra función importante es mantener seco el interior, sirviendo de escape para el vapor que exhala la gente al respirar.
- Entrada
La entrada es un túnel que empieza en la parte interior de la pared del iglú.
Es la parte más fría del iglú, pero una vez subes al área de estar, la temperatura es más alta.
- Estructura
El iglú se construye en forma de espiral.
El primer círculo de bloques se posicionan inclinados ligeramente hacia adentro.
Una vez completada esa capa, se esculpe una inclinación en la parte superior de los bloques para que las siguientes capas formen una forma espiral, como la de una naranja cuando la pelas con un sólo corte.
Es esta espiral la que le da al iglú su fortaleza.
Eventualmente, se forma el techo, dejando apenas una pequeña apertura en la cima de la espiral.
Sólo queda cortar una pieza de nieve con la forma de la apertura y cerrar el iglú con ese tapón.