POR Agencia Reuters | 4 de noviembre de 2013, 3:38 AM

Los estados árabes respaldaron formalmente las negociaciones de paz para que acabe la guerra civil en Siria, las cuales se han dilatado por disputas entre las potencias mundiales y divisiones dentro de la oposición al presidente sirio, Bashar Al-Assad.

Un comunicado final tras una reunión de urgencia de los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Árabe pidió el domingo a la oposición que forme rápidamente una delegación bajo el liderazgo de la Coalición Nacional Siria para asistir a las conversaciones, conocidas como Ginebra 2.

La posición de la Liga Árabe señala que Catar y Arabia Saudita -rivales en el Golfo Pérsico que han apoyado a grupos rebeldes diferentes que combaten contra Assad- han apartado sus diferencias para instar a que el líder de la oposición, Ahmad Jarba, vaya a Ginebra.

Pero incluso dejando de lado ese roce regional, no queda claro cuándo se producirá y qué puede conseguir la conferencia de paz. La oposición política, principalmente en el exilio, tiene un control limitado sobre los combatientes en el terreno, entre ellos brigadas ligadas a al Qaeda.

Las conversaciones de Ginebra aspiran a llevar a los dos bandos en lucha a una mesa de negociaciones, pero sigue habiendo muchos escollos, como el asunto de si debería acudir Irán, el mayor apoyo de Assad en la región.

Jarba, respaldado por Arabia Saudita -enemigo de Irán-, dijo a los ministros árabes que la coalición no asistirá si Teherán lo hiciera. También dijo que tiene que haber un calendario claro para que Assad deje el poder y pidió más armas para los rebeldes.

La creciente influencia de combatientes islamistas y las divisiones entre las fuerzas rebeldes han hecho que Occidente sea reacio a intervenir directamente en un conflicto en el que han muerto más de 100.000 personas y que ha supuesto que millones más tengan que dejar sus hogares.

Las potencias mundiales están divididas sobre la participación de Irán en las conversaciones.

Teherán ha dicho que está listo para asistir y el enviado internacional para Siria Lakhdar Brahimi ha dicho que Naciones Unidas preferiría que Irán acuda al encuentro.

Arabia Saudita, principal aliado árabe de Estados Unidos, se opone a cualquier participación de Teherán y está enojado por lo que considera un compromiso débil de Washington para remover a Assad.

Brahimi ha manifestado que espera que la conferencia de paz pueda realizarse en las próximas semanas pese a los obstáculos y que no debería haber precondiciones para asistir.

No obstante, los rebeldes señalan que evaluarán cualquier proceso que no lleve al fin del régimen de Assad como una traición a su campaña.