POR AFP Agencia | 31 de mayo de 2018, 6:32 AM

La Iglesia católica de Nicaragua rechazó el jueves retomar el diálogo entre el gobierno y la oposición para acabar con las protestas que azotan al país, tras una jornada con violentos enfrentamientos que dejaron 15 muertos y que elevan a cerca de un centenar la cifra de fallecidos en un mes y medio.

La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) anunció que no reanudará el diálogo en busca de una salida a la crisis que atraviesa el país mientras "el pueblo siga siendo reprimido y asesinado".

El anuncio llega después de una jornada violenta el miércoles y la madrugada del jueves, en la que según un informe de la Policía hubo 15 muertos por armas de fuego y 199 heridos.

Previamente, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) había dado cuenta de 11 personas fallecidas y otras 79 resultaron heridas en la jornada del miércoles.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en un video publicado en la web este jueves, condenó "los asesinatos" y tras solidarizarse con las familia de las víctimas, llamó al estado a "detener la violencia de estos factores represivos".

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En Managua, la jornada del miércoles dejó escenas de pánico, cuando una multitudinaria marcha opositora llegaba a la Universidad Centroamericana (UCA) y tuvo que refugiarse en comercios cercanos y en la Catedral debido a los disparos de las fuerzas de seguridad y grupos afines al gobierno de Daniel Ortega, quien poco antes aseguró que no dejaría el cargo.

Sin embargo, el gobierno señaló en un comunicado que esos actos obedecen a grupos de oposición con "agendas políticas específicas" que buscan "aterrorizar" a la población, lo que calificó como "una conspiración" que pretende destruir la seguridad y la vida en el país.

Estos incidentes entre opositores, policías y grupos afines al gobierno son unos de los más violentos que se viven en la capital y elevan a casi un centenar la cifra de fallecidos desde que comenzaran las protestas el 18 de abril.

"Los agresores fueron la policía represiva y las fuerzas de choque" que responden al presidente Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, indica el informe de CENIDH.

El gobierno negó que tenga fuerzas de choque y rechazó la responsabilidad en los últimos hechos de violencia.

Durante los incidentes también resultaron quemadas instalaciones de la emisora oficialista Radio Ya, una cooperativa de crédito rural y resultó destruida la fachada del estadio nacional de béisbol. 

También fueron atacados el canal opositor 100% Noticias y las plantas de transmisión de la también opositora radio Darío, en León, denunciaron sus propietarios.

- Ortega desafiante -

Mientras centenares de miles marchaban por la carretera a Masaya, encabezada por madres que han perdido a sus hijos, Ortega relativizó el miércoles las demandas opositoras en un acto ante seguidores en el centro histórico de Managua.

Manifestó que aunque el dolor de las madres es inmenso por la perdida de sus hijos, eso "no puede llevar a la destrucción (...) ni llevar nuevamente a la guerra", en alusión a las protestas ciudadanas que demandan justicia para los fallecidos.

"Aquí nos quedamos todos", espetó Ortega al rechazar el llamado de empresarios, estudiantes y sociedad civil para que deje el poder.

La relatora para Nicaragua de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Antonia Urrejola, se pronunció a través de Twitter sobre los incidentes y reiteró su petición al estado a su "deber de garantizar la vida y integridad de todos los manifestantes".

La reacción de Estados Unidos no se hizo esperar y este jueves condenó la violencia en Nicaragua y advirtió que los violadores de derechos humanos tendrán que enfrentar a la justicia internacional.

"La comunidad internacional y los ciudadanos de Nicaragua han urgido reiteradamente al gobierno nicaragüense a que ordene a su policía y sus matones que detengan la violencia, respeten los derechos humanos y creen las condiciones para un futuro pacífico. Los violadores de los derechos humanos serán responsabilizados por la comunidad internacional en foros internacionales", indicó la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.

Igualmente, la congresista estadounidense Ileana Ros-Lehtinen rechazó las agresiones a los manifestantes.

"Ortega, asesino y corrupto, no engaña a nadie. El día que accedió a formar un grupo para investigar (los) ataques que él mismo ha ordenado, envía una vez más a la policía y simpatizantes para atacar y matar a (la) multitud que reclama su salida inmediata. Sanciones de Estados Unidos, no las podrá esquivar", escribió Ros-Lehtinen en Twitter.

El Parlamento Europeo, por su parte, en una resolución no legislativa, denunció el deterioro de la democracia y el estado de derecho en Nicaragua en los últimos 10 años, en los que Ortega ha gobernado.