POR AFP Agencia | 6 de octubre de 2015, 8:54 AM

Casi treinta años después del accidente nuclear de Chernobil en Ucrania, la fauna prospera en la zona de exclusión abandonada por los humanos y donde ahora abundan de nuevo los alces, ciervos, corzos, jabalíes y lobos, según un estudio internacional.

El estudio muestra que estos mamíferos son al menos tan numerosos dentro del perímetro de 4.200 Km2 en torno a la central nuclear, que en las reservas naturales circundantes no contaminadas por la radiactividad.

Este relevamiento, cuyos resultados fueron publicados el lunes en la revista especializada Current Biology, se llevó a cabo mediante observaciones aéreas sobre la extensa zona devastada por el incendio que siguió a la explosión de uno de los reactores en abril de 1986.

También muestra que los lobos son siete veces más numerosos que en los parques cercanos a la zona de exclusión.

"Es muy probable que las poblaciones de estos animales en Chernobil sean mucho más numerosas ahora de lo que eran antes del accidente", consideró Jim Smith, de la Universidad de Portsmouth en el Reino Unido y uno de los coautores del estudio.

"Esto no significa que la radiactividad sea buena para la fauna salvaje, sino que el efecto de actividades humanas como la agricultura, la caza y la explotación forestal es mucho peor", añadió.

Los primeros estudios tras el accidente nuclear habían mostrado que la radiación dejó efectos importantes en la zona exclusión, como por ejemplo una fuerte reducción de las poblaciones de animales.

Esta última observación muestra hasta qué punto es tenaz la naturaleza. También podría proporcionar pistas para comprender mejor el potencial impacto a largo plazo de la catástrofe de Fukushima en Japón en 2011.

La catástrofe de Chernobil, que forzó a todos los habitantes a evacuar para siempre la zona, también contaminó buena parte de Europa, pero sobre todo Ucrania, Rusa y Bielorrusia, que entonces eran repúblicas soviéticas.

Tras aquella explosión de 1986 que causó una emisión de radiación 400 veces mayor a la de la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima en 1945, la ciudad de Pripyat quedó catalogada hasta la fecha como uno de los lugares más terroríficos del planeta.