Internacional
Jefe del ejército de EE UU visita Irak en plena ofensiva contra Estado Islámico
Una semana después del inicio de la batalla de Tikrit, ciudad situada a 160 kilómetros al norte de Bagdad, las autoridades iraquíes indicaron que el EI resistía en esta ciudad estratégica situada entre Bagdad y Mosul.
Bagdad, Irak | AFP | El jefe de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, Martin Dempsey, consideró este lunes crucial la reconciliación en el país para la continuidad de la coalición internacional y para derrotar al grupo yihadista Estado Islámico.
El general Martin Dempsey abordó con altos responsables iraquíes las operaciones militares para arrebatar al EI la ciudad de Tikrit (norte), en las que participan más de 20.000 hombres desde hace una semana.
"Daesh va a ser derrotado", dijo Dempsey en una rueda de prensa, en la que se refirió al EI por su acrónimo en árabe.
Su visita coincide con el lanzamiento de una ofensiva de las fuerzas kurdas al sur y oeste de Kirkuk, destinada a acentuar la presión sobre los últimos bastiones yihadistas al este del río Tigris.
Este ataque cuenta con el apoyo de la coalición internacional, encabezada por Washington, cuyas operaciones deben ser "más precisas" con el objetivo de evitar más sufrimiento a la población civil, destacó el máximo jerarca militar estadounidense.
Durante la operación del lunes, siete combatientes kurdoiraquíes murieron y otros 51 resultaron heridos, según un general y un médico. Un responsable de seguridad también informo de la muerte de tres kurdoiraníes.
En la provincia de Kirkuk, el EI ejecutó a 20 personas que querían enrolarse en una milicia opuesta a los yihadistas, según las autoridades locales. En internet, se publicaron imágenes violentas de las ejecuciones en Hawija.
Una semana después del inicio de la batalla de Tikrit, ciudad situada a 160 kilómetros al norte de Bagdad, las autoridades iraquíes indicaron que el EI resistía en esta ciudad estratégica situada entre Bagdad y Mosul, principal ciudad en manos de los extremistas sunitas.
Tras la destrucción por el EI de esculturas preislámicas precisamente en un museo de Mosul, así como de las ciudades milenarias de Nimrud y Hatra (norte), Dempsey se mostró favorable a intervenir para proteger el patrimonio arqueológico, en respuesta a la petición de Bagdad.
Divisiones confesionales
Con el apoyo de los bombardeos de la coalición, el ejército iraquí junto a las fuerzas kurdas, milicias chiitas y algunas tribus sunitas han conquistado por el momento una pequeña porción de territorio.
Dempsey denunció la falta de reclutas en el ejército y que, en algunos lugares, "no se pagaba a tiempo a los soldados ni se les equipaba correctamente". Aunque el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, realizó importantes cambios en el Estado Mayor, el general estadounidense abogó además por más reemplazos.
En su visita a Bagdad, el jefe de las fuerzas armadas estadounidenses estimó que la coalición podría debilitarse si el gobierno iraquí no resuelve las divisiones confesionales en el país, máxime cuando al inicio de su ofensiva los sunitas del EI aprovecharon el resentimiento de la comunidad sunita hacia el gobierno mayoritariamente chiita.
En este sentido, Dempsey afirmó haber recibido "todas las garantías" de los responsables iraquíes de cara a una reconciliación con la población sunita y mostró su preocupación sobre los vínculos entre Bagdad y Teherán.
Irán arma y entrena a las milicias chiitas que combaten contra el EI, lo que suscita la preocupación de los Estados sunitas miembros de la coalición internacional.
Los iraquíes deben "ser conscientes del desafío de mantener (...) unida la coalición", a la que no pertenece Teherán, destacó Dempsey, quien abandonó Irak rumbo a Bahrein.
No obstante, el ministro iraquí de Defensa, Jaled al Obaidi, defendió el apoyo iraní. "Estamos en estado de guerra y nosotros nos volvemos hacia los amigos que nos ayudan en esta confrontación", dijo.
El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, subrayó por su parte en El Cairo la "creciente necesidad" de formar una fuerza militar árabe para combatir a "los grupos terroristas".
A finales de febrero, el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, había indicado que Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Jordania podrían implicarse en una iniciativa como esta.