POR AFP Agencia | 29 de agosto de 2016, 4:34 AM

Dilma Rousseff aseguró que "resistirá" como hace 46 años cuando fue juzgada en la dictadura. En su exhorto al Senado para que impida su destitución, apeló a los 54 millones de votos que la llevaron al poder y criticó al "ursurpador" Michel Temer.

En su discurso, que se extendió por más de 40 minutos, Rousseff habló de cobardía, deslealtad, injusticia y honestidad.

"No esperen de mí el silencio de los cobardes. En el pasado con las armas y hoy con la retórica jurídica, pretenden nuevamente atentar contra la democracia", zanjó.

"Gobierno usurpador"

Rousseff, de 68 años, aseguró que su destitución definitiva es un "pretexto" para dar pie al "gobierno usurpador" del vicepresidente Michel Temer, que ejerce de forma interina la presidencia y si ella es definitivamente destituida, completará el mandato hasta 2018.

"Son pretextos para permitir un golpe a la Constitución, un golpe que si es consumado, resultará en la elección de un gobierno usurpador (...), que ya en los meses en que ejerció de gobierno interino no tiene mujeres en los ministerios, cuando el pueblo en las urnas escogió a una mujer para comandar el país. Un gobierno que excluye negros en su composición ministerial y ya mostró un profundo desprecio por el programa escogido", indicó.

Asimismo, aprovechó para promover de nuevo un plebiscito sobre el futuro político del país.

"Convocarlos a decidir, en las urnas, sobre el futuro de nuestro país. Diálogo, participación y voto directo y libre son las mejores armas que tenemos para la preservación de la democracia", lanzó la presidenta.

Muchos entienden la propuesta de Rousseff como un llamado a adelantar las elecciones presidenciales, pero Temer ya ha dicho que no piensa renunciar.

"Sin crimen"

Rousseff fue acusada de autorizar gastos a espaldas del Congreso y postergar pagos a la banca pública para maquillar las cuentas públicas y seguir financiando programas sociales el año de su reelección y a inicios de 2015, algo prohibido por la Constitución.

La mandataria negó los cargos una y otra vez.

"Vengo para ver directamente a los ojos a sus excelencias, y decir, con la serenidad de los que nada tienen que esconder que no cometí ningún crimen de responsabilidad. No cometí los crímenes de los cuales soy acusada injusta y arbitrariamente", lanzó.

Rousseff indicó que desde que inició su segundo mandato, el 1 de enero de 2015, "los partidos que apoyaban al candidato derrotado en las elecciones (Aecio Neves) hicieron de todo para impedir mi toma de posesión y la estabilidad del gobierno", y destacó la resistencia que encontró en el Congreso para promover un plan de ajuste fiscal, ahora impulsado por Temer.

"Ante las acusaciones que contra mí son dirigidas en este proceso, no puedo dejar de sentir en la boca, nuevamente, el sabor áspero y amargo de la injusticia", siguió.

"Marcas de tortura"

Rousseff aseguró que "respeta" a quienes la juzgan, los senadores, e indicó que no guardará rencor con los que voten a favor de su destitución, muchos de ellos, miembros en algún momento de su gobierno

La mandataria recordó las "marcas de la tortura" grabadas "en su cuerpo y alma" durante la lucha contra la dictadura (1964-85). "Pero no cedí, resistí a la tempestad del terror que me comenzaba a tragar", expresó.

"A pesar de recibir el peso de la injusticia en mis hombros, continué luchando por la democracia (...). De eso tengo orgullo. Quien cree, lucha. A los 70 años, no será ahora, después de madre y abuela, que abdicaría a los principios que siempre me guiaran", expresó.