Internacional
Duque, el hombre de Uribe que lidera el regreso de la derecha a Colombia
Será el presidente más joven y el más votado en la historia moderna de Colombia.
Será el presidente más joven y el más votado en la historia moderna de Colombia, pero sobre todo Iván Duque ondeará desde el poder las banderas derechistas del popular exmandatario Álvaro Uribe en contra del histórico pacto de paz con la exguerrilla FARC.
Afable y con algunos kilos de más, este exsenador de 41 años se convirtió este domingo en el nuevo presidente de la cuarta economía latinoamericana tras vencer con una amplia diferencia de 12 puntos (53,95%) al exguerrillero Gustavo Petro (41,83%).
Este será el gobierno que lleve a toda Colombia el emprendimiento porque queremos hacer el país de las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas. #GraciasColombia 🇨🇴 pic.twitter.com/FHxpWgQpep
— Iván Duque (@IvanDuque) 18 de junio de 2018
Abogado con maestría en economía y corta experiencia política, Duque (Bogotá, 1976) representa a la Colombia "indignada" por las "concesiones" a la exguerrilla FARC a cambio de transformarse en partido tras medio siglo de guerra.
Por eso promete "modificaciones estructurales" al acuerdo de paz de 2016 que desarmó a 7.000 combatientes.
Queremos que "quienes han cometido crímenes de lesa humanidad tengan sanciones proporcionales que sean incompatibles con la representación política", dijo a AFP.
Lo convenido estipula que los jefes exguerrilleros reciban penas alternativas a prisión si confiesan crímenes y reparan a las millones de víctimas de un conflicto en el que también participaron paramilitares de ultraderecha y agentes del Estado.
Con humildad y con honor quiero decirle al pueblo colombiano que voy a entregar todas mis energías por unir a nuestro país. No más divisiones. Queremos un país con todos y para todos. #GraciasColombia🇨🇴 pic.twitter.com/SnpKIaLUTV
— Iván Duque (@IvanDuque) 18 de junio de 2018
Duque también es vocero de esos colombianos temerosos de que el país siga el rumbo que lastró económicamente a Venezuela, lo que hubiera ocurrido, asegura, si ganaba Petro. Al presidente venezolano, Nicolás Maduro, lo llama "dictador" y "genocida".
Pero, sobre todo, encarna las ideas del ahora senador Uribe, al que llama "presidente eterno", y cuyos mandatos siguen vivos ocho años después de dejar la presidencia: mano dura contra los rebeldes, inversión privada y valores tradicionales.
Y ese poder de Uribe, que se conserva pese a decenas de investigaciones en contra, es su mayor reto ahora que va a gobernar. Dentro de su partido, el Centro Democrático, afirman que Duque "le debe" todo al ahora senador; en la oposición señalan que es un "títere" del exmandatario.
"Todavía nadie sabe si tiene criterio propio o va a obedecer los mandatos de otro", sostiene Fabián Acuña, profesor de la Universidad Javeriana.
- Poca experiencia -
Su experiencia en la política es de cuatro años. Pero este bogotano "ha vivido la política y desde niño la lleva en la sangre", afirma José Obdulio Gaviria, uno de los ideólogos del uribismo.
Con su padre Iván Duque Escobar, un liberal de extensa carrera política, aprendió de discursos políticos.
Pero fue con el entonces ministro Juan Manuel Santos con quien se inició profesionalmente en los 90 como asesor de Hacienda. Luego saltó al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde estuvo casi 13 años.
Hoy, Duque se opone ferozmente a Santos.
"Es muy dinámico en sus relaciones públicas, muy hábil para manejar las relaciones", dijo a la AFP una fuente que trabajó con él en el BID.
En Estados Unidos conoció a Uribe, quien lo incluyó en su lista cerrada al Senado para el periodo 2014-18.
"Iván es más que sabio y estoy seguro de que tiene por delante un futuro brillante", escribió Uribe en los agradecimientos de su libro "No hay causa perdida" (2012).
Sus antiguos colegas en el Congreso valoran su inteligencia, responsabilidad y disciplina. En cuatro años logró destacarse y sacó adelante cuatro leyes, la más relevante sobre emprendimientos y "economía naranja".
Pero "un presidente tiene que tener experiencia, autonomía, capacidad política propia, de todo eso carece Iván, que es, como todo el mundo reconoce, un buen muchacho", considera el senador oficialista Roy Barreras.
Construimos un programa con cultura y deporte porque consideramos que el talento de los colombianos es el mejor patrimonio que tenemos hoy en nuestro país #GraciasColombia 🇨🇴 pic.twitter.com/yTgNyjlijO
— Iván Duque (@IvanDuque) 18 de junio de 2018
- Vieja aspiración -
Su imagen jovial y moderna, en la que abundan las camisas sin corbata y los jeans, contrasta con sus creencias conservadoras: se opone a la adopción y matrimonio gay, la eutanasia, la legalización o despenalización de la droga.
Aunque antes celebraba los avances de las minorías, la adhesión a su campaña de sectores de ultraderecha y evangélicos podría explicar su endurecimiento en estos temas. Es una incógnita el papel que tendrán representantes de estas facciones en su presidencia.
Casado hace 15 años con la abogada María Juliana Ruiz y padre de tres hijos, de niño soñaba con ser delantero del América de Cali. Tiene una memoria cuasi fotográfica y en la universidad fue un "nerd".
Melómano consagrado, tocaba bajo y cantaba en una banda de rock que formó con sus amigos del exclusivo colegio de Bogotá del que se graduó de bachiller. Aún hoy, en su tiempo libre, toca guitarra.
Un gobierno no es exitoso solamente por un presidente. Un gobierno es exitoso porque logra unir al país para trabajar todos en un mismo propósito #GraciasColombia pic.twitter.com/K2O5HhLWQD
— Iván Duque (@IvanDuque) 18 de junio de 2018
Se reconoce como un buen bailarín de salsa y, paradójicamente, uno de sus géneros musicales predilectos es la trova cubana, cuyos mensajes revolucionarios intenta obviar.
También es un mago aficionado. Su "truco" consagratorio fue convertirse en el segundo más joven elegido para ocupar el sillón presidencial, por detrás del liberal Eustorgio Salgar, quien con 39 años lo ocupó entre 1870 y 1872.
"Iván siempre decía 'hombre, algún día yo seré presidente de Colombia'. Lo decía con tal determinación que uno le creía. Finalmente lo logró", recuerda Francisco Barbosa, amigo cercano y compañero de estudio.