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Aunque Ang Kami Sherpa es uno de los experimentados montañeros que cruzan la traicionera cascada de hielo de Khumbu para preparar la temporada de ascensos en el Everest, este año admite que está más nervioso que nunca.

Sherpa forma parte de un grupo de "ice doctors" que vuelve por primea vez al pico de 8.848 metros desde el terremoto del 25 de abril, que provocó una avalancha y mató a 18 personas en el campo base. En Nepal, el temblor dejó más de 9.000 muertos.

Su grupo está preparando el camino de cara a la temporada de ascensos de otoño, en la que sólo algunos montañeros se aventuran a subir (la mayoría prefieren hacerlo en la temporada primavera de abril y mayo).

Este año sólo el japonés Nobukazu Kuriki intentará subir en otoño junto a un equipo de seis personas que le llevarán hasta el Campo 1, situado a 6.400 metros de altura, a dos días de camino del campo base.

A sus 63 años, Sherpa es un montañero con gran experiencia, que empezó su carrera en 1975 asistiendo a la japonesa Junko Tabei , la primera mujer en subir al Everest. Pero ahora está preocupado.

"Nuestro trabajo es difícil este año, la montaña ha cambiado" tras el terremoto, explica a la AFP por teléfono desde el campo base, donde los "ice doctors" ya están trabajando. "Siempre es un riesgo subir pero este año tenemos un poco más de miedo", reconoce.

Los hombres como Sherpa siempre son los primeros en subir a la montaña cada temporada, usando cuerdas y escaleras para construir un camino a través de las grietas y el hielo.

Pero desde el terremoto de abril ha aumentado el riesgo de réplicas que podrían provocar nuevas avalanchas. En 2014 otra avalancha ya había matado a 16 sherpas nepalíes y obligó a cerrar la ruta.

Turismo a la baja

Teniendo en cuenta este riesgo, algunos sherpas han criticado la decisión de subir ahora, teniendo en cuenta que sólo el japonés intentará llegar a la cima.

"Nuestro trabajo es preparar el camino, sea cual sea el número de montañeros", afirma Ang Dorjee Sherpa, presidente del Sagarmatha Pollution Control Committee (SPCC), el organismo que gestiona la montaña.

"El turismo ha bajado y si alguien consigue subir al Everest este año mandará un mensaje positivo", añade.

También hay que tener en cuenta que un "ice doctor" gana unos 3.500 dólares por temporada, a veces más con las propinas de los extranjeros, una cantidad muy importante en un país con un sueldo medio anual de 705 dólares.

El montañismo es una fuente de ingresos muy importantes para un país pobre como Nepal, que alberga ocho de los 14 picos del mundo de más de 8.000 metros de altura.

Cada día, Ang Kami Sherpa y su equipo salen del campo base antes del amanecer y trabajan durante más de 12 horas.

"Los 'ice doctors' son los que conocen mejor la montaña, tiene muchísima experiencia. Son la espina dorsal del montañismo en el Everest. Todos los demás dependen del riesgo que ellos toman en primer lugar", recuerda Ang Tshering Sherpa, presidente de la asociación nepalí de montañismo.

Según el veterano estadounidense Alan Arnette, la temporada de otoño es más peligrosa porque los días son más cortos y hace más frío. "Las expediciones en primavera tiene un 66% de posibilidades de éxito y las de otoño un 29%", recuerda.

A pesar de ello, el japonés Nobukazu Kuriki está decidido a intentarlo de nuevo, tras un primer fracaso en 2012 en el que tuvo que ser rescatado del Campo 2 y perdió nueve dedos por congelación.

"Llevo muchos años haciendo esto, pero este año es diferente", dice Ang Kami Sherpa "espero que no pase nada".