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Investigan "tentativa de invasión" al palacio presidencial de Brasil
La Policía de Brasil interrogó a un hombre luego de localizar el carro al que soldados dispararon tiros de advertencia.
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro hizo este domingo una demostración de fuerza al movilizar a una gran multitud en un acto en Sao Paulo en el que cargó contra su inhabilitación y pidió una amnistía para sus seguidores detenidos por la asonada de 2023.
Bolsonaro había convocado a sus simpatizantes a una manifestación en la megalópolis, en medio de las sospechas que pesan en su contra por planear un golpe de Estado tras perder las elecciones contra el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Vestido con una camiseta de la selección de fútbol, el expresidente se dirigió a una marea de seguidores, que ocuparon más de seis cuadras de la emblemática avenida Paulista, constató la AFP.
"No podemos aceptar que un poder elimine del escenario político a quien quiera que sea, a no ser por un motivo justo. No podemos pensar en elecciones apartando a los opositores", dijo el ultraderechista, declarado en 2023 inelegible por ocho años por abuso de poder.
Bolsonaro pidió además a sus partidarios en el Congreso, donde tiene mayoría, "una amnistía para aquellos pobres desgraciados que están presos en Brasilia".
El exmandatario hacía alusión a sus seguidores detenidos por la invasión y devastación de las sedes de los tres poderes el 8 de enero de 2023, contra la asunción de Lula una semana antes.
En su discurso, volvió además a decirse "perseguido", especialmente desde que acabó su mandato en 2022, y negó una vez más cualquier implicación en un plan golpista.
"¿Qué es un golpe? Tanques en las calles, armas, conspiración. Nada de eso ocurrió en Brasil", afirmó.
La policía lanzó el 8 de febrero la operación Tempus Veritatis (la hora de la verdad, en latín), contra Bolsonaro y varios de sus aliados, incluidos algunos de sus exministros. Hubo allanamientos, detenciones y quedó impedido de salir de Brasil.
Investigadores creen que los sospechosos planearon desacreditar el sistema de votación electrónica antes de las elecciones, y después prepararon un golpe de Estado -no concretado- contra el nuevo gobierno.
Interrogado el jueves por la policía, Bolsonaro guardó silencio.
"Bolsonaro es una persona honesta (...) Es importante apoyarlo, porque él representa a Dios, patria y familia", dijo a la AFP Wilson Aseka, un constructor de 63 años que viajó unos 700 kilómetros desde el vecino estado de Minas Gerais para participar en el acto.
Bolsonaro se mantiene como líder de la oposición en las encuestas, aunque fue inhabilitado a participar de elecciones hasta 2030 precisamente por criticar sin pruebas las urnas electrónicas.
El gobernador de Sao Paulo y aliado, Tarcisio de Freitas, dijo en su discurso que el expresidente "representa un movimiento" de quienes luchan "por la familia, patria y libertad".
También el alcalde de la megalópolis, Ricardo Nunes, participó en la marcha.
El influyente pastor evangélico Silas Malafaia criticó al Supremo Tribunal Federal y al juez Alexandre de Moraes, quien encabeza las investigaciones contra Bolsonaro.
"Si ellos lo detienen, saldrá engrandecido (...) Jair Messias Bolsonaro es el mayor perseguido político de nuestra historia", exclamó.
Gleisi Hoffman, presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, escribió en X que el acto "es una amenaza más de Bolsonaro a las instituciones y una afronta a la Justicia, a la que está cerca de tener que rendir cuentas".
Desde que dejó el poder, Bolsonaro enfrenta numerosas investigaciones. Por caso, en 2023 compareció por sospechas de haber instigado la asonada en Brasilia.
"Verdeamarelo"
La mayoría de los manifestantes en la avenida Paulista cumplieron con la consigna del expresidente, quien pidió usar los colores de la bandera de Brasil, que buscó apropiarse durante su mandato.
Además, solicitó que no llevaran pancartas ni banderolas con críticas.
Giovanna Bruneta, una abogada de 36 años, vistió una camiseta amarilla de la "canarinha": "Brasil está con él; no nos preocupan los demás sino que vuelva a representarnos, lo conseguimos una vez y creemos que volveremos a conseguirlo", dijo, con su hijo en brazos.
Bolsonaro también pidió que no haya manifestaciones en otras ciudades del país, lo que atrajo a simpatizantes de otros estados a Sao Paulo.
Tras las polémicas declaraciones de Lula en que comparó la campaña militar de Israel en Gaza con el Holocausto, Bolsonaro y sus seguidores mostraron su apoyo al Estado hebreo.
El exmandatario sostuvo una bandera de Israel en el palco montado sobre un camión.
"El pueblo brasileño no concuerda con los dichos de Lula sobre Israel", dijo a la AFP Edivan Batista Borges, vendedor de seguros de 43 años, con una insignia israelí colgada en la espalda.