POR Adrián Fallas | 6 de octubre de 2024, 7:38 AM

Los dos años y medio de Vicky Ross al frente de la Unafut han sido convulsos. Mientras ella ha llegado a buscar cambio en el ente rector de la liga de fútbol, la polémica ha estado presente jornada tras jornada.

En una extensa entrevista con Teletica.com habló sobre la actualidad de la disciplina en el país, yerros de su gestión y avances en la organización.

En estos años de gestión, ¿qué ha aprendido usted sobre cómo se maneja el fútbol nacional?

Una aspiración grande de dar pasos importantes. Estamos en una etapa país y en una etapa país mundo viéndonos en contexto y que tenemos que entender que las estructuras del negocio del fútbol cambiaron. Hoy estos son los requerimientos y para seguir dando pasos relevantes hacia el frente no nos va a alcanzar haciendo las cosas como se venían haciendo tradicionalmente.

Hay mucha resistencia al cambio, es parte de lo que me he encontrado y eso tiene muchísimas razones y factores que no se explican sencillamente y tiene que ver con cuestiones culturales y con cuestiones estructurales del negocio.

Lo que yo he encontrado es una industria con aspiraciones de cosas grandes y en proceso de transición.

¿En qué punto se encuentra el fútbol de Primera División en el país y la liga?


Además del tema económico, ¿cuáles son otros temas importantes para abordar a corto y mediano plazo?

El tema más importante es el tema de la gobernanza. Lo he hablado también a lo interno. Nosotros tenemos una, una estructura muy particular, en que la organización rectora es dirigida por los entes sobre los cuales rige la rectoría.

Un ejemplo muy claro. La Unafut no pone las multas, las pone el Tribunal Disciplinario de la Federación, pero las tiene que cobrar. El día que nosotros pasamos los cobros de multa, todo el mundo quiere que nos vayamos.

Eso también pasa con decisiones deportivas. Los presidentes escogen los formatos y escogen las reglas, pero a la hora de hacer que se cumplan las reglas, que es el papel de la Unafut, siempre hay alguien que queda contento y siempre hay alguien que queda enojado.

Las sanciones las pone el Disciplinario, el arbitraje lo determina la Comisión de Arbitraje de la Federación, pero algo falla y la primera crítica es hacia usted. ¿Hay un fallo de parte de la Unafut a la hora de explicar mejor sus competencias y sus funciones a los aficionados?

Viera como he pensado en eso en este tiempo. Esto tiene un componente histórico también, ya que eso no siempre ha sido así. El Tribunal Disciplinario se saca de la Unafut hace más o menos 15 años por suspicacias y por un montón de cosas, entonces cómo funciona la memoria colectiva es que mucha gente piensa que sigue siendo la Unafut, a pesar de que ha pasado década y media de que eso cambió.

Es un sistema muy complejo, y lo digo yo siendo aficionado de toda la vida. Entender las delicadezas del entramado del fútbol es complicado, es complicado saber quién hace qué en el fútbol.

Probablemente, hay una distorsión interesante en este periodo en que hay por primera vez una mujer al cargo de la de la Unafut. Ha habido mucha cobertura mediática en relación con eso y probablemente sea una cara muchísimo más visible que en el pasado, entonces las culpas se me pegan, aunque no sean mías. Yo no tengo nada que ver con arbitraje, con multas, ni con dar permisos de los estadios.

¿Usted siente que están amarrados de manos en temas claves?

Sí, y es un poco frustrante a veces no tener injerencia sobre algunos de los temas de nuestra propia competición. He visto modelos de otros países y en la mayoría de modelos el presidente de la liga profesional de fútbol masculino tiene un asiento en la junta directiva, o en este caso sería en el Comité Ejecutivo de la de la Federación de cada país para que esté representada directamente los temas y decisiones mayores.

¿Siente que en algún momento se han equivocado a la hora de manejar ciertos temas, por ejemplo, la programación?

La Unafut de la parte operativa no tiene culpa. De hecho, nosotros presentamos opciones y parte de lo que yo he hecho en estos dos años y medio fue la construcción del Departamento de Competición que a mí me sorprendió que no existiera, para fortalecer los procesos e incorporarle cosas nuevas como el tema de investigación y análisis.

Lo que hemos buscado en el Departamento de Competición es crear las competencias para hacer recomendaciones justificadas a los tomadores de decisión, que en este caso de calendarios son los presidentes de los clubes, configurados en asamblea.

Uno sabe que también esos procesos no son solo de evidencia, hay temas políticos y hay intereses que se tienen que acomodar.

Hay que recordar también que hay una pugna internacional en relación con el calendario, con compromisos internacionales de selección y cada vez con compromisos internacionales por confederación y esto se ha hablado muchísimo en diferentes foros, se ha hablado de Europa y nosotros no nos escapamos de eso.

¿Usted considera que debería haber una reorganización total del fútbol? ¿La Unafut tiene que manejarse de manera diferente en su día a día para poder cumplir con la misión que en teoría tiene?

Yo creo que la Unafut debería tener más poder sobre su propia rectoría. Parte de los esfuerzos de consolidación organizacional y financiera que hemos hecho en estos dos años y medio van orientadas, hacia eso, a tener una rectoría más fuerte. Es muy difícil ser el implementador de una rectoría cuando se tiene que pedirle plata a la gente que sobre la cual ejerce esa rectoría.

Volcamos el paradigma financiero, Antes los equipos tenían la percepción de que financiaban a la Unafut y hoy la Unafut, a través de esa transformación, en los últimos dos periodos contables les ha podido dar a los clubes aportes por encima de los 780 millones.

Eso se va a consolidar a futuro y uno quisiera que eso se expresara en una rectoría más fuerte

Se habla de que la Liga Española asumirá la Unafut, ¿eso es cierto?

Ha habido muchas discusiones de posibilidades de que esto suceda, es parte de lo que está en la mesa y ha estado otras ocasiones en el pasado.

Vamos a ver por qué se decantan los presidentes de los clubes. Eso sí, yo esperaría que los cambios que se hagan sean verdaderamente para beneficiar nuestro fútbol.

¿Los que están involucrados están haciendo mal la labor de vender el fútbol como un bien premium?


En estos, dos años y medio al mando de la Unafut, ¿qué errores considera que se hayan cometido?

Probablemente, el principal es no tener más voz adentro de lo que sucede en la Federación. Nosotros tenemos hoy una representación con seis miembros de la de la Unafut, pero no es un ligamen directo con la organización, entonces no hay una colectivización de ese beneficio al tener esa representación.

Otro es poder traducir la complejidad de lo del trabajo que estamos haciendo para las diferentes audiencias. Ha sido un trabajo muy técnico, que muchas veces se escapa de lo que ve el aficionado.

¿Usted se siente a gusto en su puesto y dispuesta a continuar en este proceso?

He disfrutado muchísimo estar aquí. Ha sido un reto profesional espectacular, que ha requerido todas mis virtudes y mis capacidades profesionales para poder hacerlo

Ha sido muy retador porque tal vez no siempre ha sido un ambiente de respeto. A pesar de que he estado en muchos, yo creo que uno como profesional, espera que el respeto sea la base y no siempre ha sido el caso.

También ha sido un reto el nivel de exposición pública, tal vez sin fundamento. El día que un árbitro pita algo que a la mitad del país no le gusta, las quejas son directas conmigo, incluso con expresiones muy violentas.

Pero, ha sido un privilegio estar aquí, perfilar el trabajo y yo creo que hay cosas importantes para hacer a futuro.