Deutsche Welle
Medio millón de personas volvieron a Líbano tras alto el fuego
Otro medio millón pasaron de Líbano a Siria desde finales de setiembre, debido al conflicto entre Hezbolá e Israel en el primero de los territorios.
El presidente sirio Bashar al Asad cuenta con ayuda. Según los activistas, las milicias chiítas de Irak han entrado en el este de Siria para luchar junto a las tropas del Gobierno sirio contra los rebeldes. Los insurgentes comenzaron su ofensiva en la ciudad de Alepo la semana pasada, expulsaron al Ejército sirio y tomaron el control de la ciudad. Se dice que alrededor de 200 combatientes proiraníes de Irak ya cruzaron la frontera.
Asad también puede contar con la ayuda de Rusia: "Por supuesto que seguimos apoyando a Bashar al Asad", afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, según informaron agencias rusas. La Fuerzas Aéreas rusa y siria atacaron a la milicia yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) durante el fin de semana.
La HTS opera con el llamado Ejército Nacional Sirio (SNA), un conjunto de grupos opositores sirios de Turquía. Según André Bank, experto en Siria del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área (GIGA) en Hamburgo, todos los aliados más cercanos de Asad han quedado debilitados: Irán y Hezbolá por la guerra con Israel,y Rusia por la guerra contra Ucrania.
Bank afirma que "la HTS no persigue la yihad global, sino que se centra exclusivamente en Siria, donde se ha establecido como un gobierno autoproclamado de 'salvación' o resurgimiento", dice. "Ahora, utiliza nuevos drones y sistemas de misiles. Se supone que enviados a través de Turquía", agrega.
El avance de los yihadistas se dirige principalmente contra el régimen de Asad, afirma el periodista y analista londinense Manhal Barish. Actualmente, Siria está dividida en cuatro territorios diferentes: alrededor del 60 por ciento está controlado por Asad y un pequeño rincón en el noroeste por HTS. Al norte, Turquía controla dos zonas limitantes con su territorio. Y el noreste, por otro lado, está gobernado por fuerzas kurdas.
Turquía mantiene áreas más grandes bajo su control desde su primera intervención en 2016. Allí, lucha contra las fuerzas kurdas, que Ankara considera organizaciones terroristas. Probablemente apoye a los rebeldes, porque quiere expandir su influencia al noreste sirio y a las zonas controladas por los kurdos.
Además, dice Bank, el Gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, está preocupado por crear una zona de amortiguación aún mayor, en todo el norte, para reasentar a la mayor cantidad posible de los aproximadamente 3,5 millones de refugiados sirios que actualmente viven en Turquía y que, por temor a represalias, en su mayoría no quiere regresar a las zonas controladas por Asad.
Actualmente, no está claro hasta qué punto Rusia es capaz de ayudar una vez más a su protegido Asad. Sin embargo, es probable que Moscú también tenga gran interés en mantener al dictador sirio en el poder. Es el garante de la base naval rusa cerca de Tartus y de la base aérea de Hmeimin, ambas situadas en la costa mediterránea.
Actualmente, hay descontento con el régimen en muchas partes del país. "Si esto se convirtiera en un levantamiento, podría ser peligroso para el régimen de Asad. Pero ese no es todavía el caso."
Además, afirma Bank, los yihadistas están casi completamente aislados a nivel internacional, a diferencia del régimen de Asad. Pero el levantamiento sólo representaría una seria amenaza para el régimen si realmente cayera el apoyo internacional a Asad: "Pero eso está completamente en el aire. El fin de semana, el ministro de Exteriores iraní viajó a Damasco para mantener conversaciones. Hay que esperar y ver los resultados".
Además, los yihadistas no están bien vistos por gran parte de la población. Muchos sirios sólo se han trasladado a la zona que controlan porque temen menos represalias por su parte que del régimen de Asad. Los yihadistas ejercen un dominio absoluto, afirmó recientemente, en una entrevista con DW, el experto en Siria Carsten Wieland.
Los islamistas radicales han moderado un poco su ideología, "pero, por supuesto, todavía les interesa sobre todo tener el control, sobre todo, el de las mujeres, cuyos derechos están rigurosamente restringidos." El experto recuerda que, bajo su dominio, las personas que piensan diferente también corren riesgo: "Rebelarse pone en peligro la vida."