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Niño momificado encontrado en Austria habría muerto por falta de luz solar
La autopsia de un niño que vivió a mediados del siglo XVI reveló que estaba bien alimentado, pero que carecía de vitamina D.
Un grupo de investigadores ha determinado que un niño varón momificado que fue hallado en Austria no falleció por falta de agua, comida o alguna lesión, sino que por la carencia de exposición a la luz solar, según se detalla un estudio publicado este miércoles (26.10.2022) por la revista Frontiers in Medicine.
Los restos del pequeño, que no tenía más de dos años cuando fue sepultado a mediados del siglo XVI, fueron desenterrados en la cripta de una de las familias aristocráticas más antiguas de Austria, los Condes de Starhemberg.
No era falta de vitamina C, sino que de vitamina D
Según las autopsias realizadas al cadáver, este niño sufrió de malformaciones en las costillas, lo que podría ocurrir a causa de raquitismo o desnutrición, deficiencia de vitamina C o de vitamina D. Sin embargo, tras un análisis del tejido adiposo, los científicos concluyeron que el niño estuvo bien alimentado en comparación con los bebés de la época. Esto implica que es poco probable que haya sufrido deficiencia de vitamina C.
Los autores sugieren que este niño carecía de vitamina D, que no viene en cantidades significativas a través de los alimentos, sino que se obtiene a través de la radiación ultravioleta (UV), proveniente del Sol. Esto sugiere que la desnutrición del pequeño no era por falta de alimentos, sino que por falta de exposición a la luz solar.
"Una falta casi total de exposición a la luz solar"
Según los especialistas, la vitamina D es esencial para la formación de los huesos durante la infancia, lo que también podría explicar las malformaciones óseas: "La combinación de obesidad, junto con una grave carencia de vitaminas, solo puede explicarse por un estado nutricional generalmente 'bueno' junto con una falta casi total de exposición a la luz solar", explicó el patólogo Andreas Nerlich, de la Universidad de Múnich.
Para solventar su hipótesis, los autores detectaron en un examen de pulmones que el pequeño tenía signos de haber sufrido una neumonía letal, una infección que es precisamente común en los bebés con deficiencia de vitamina D.
Las familias aristócratas europeas de esa época evitaban a menudo el contacto con el sol para mantener su piel lo más blanca posible. Eso les daba un estatus social elevado en la sociedad antigua y los diferenciaba de los campesinos que trabajaban en campos abiertos, bajo el sol.