POR Deutsche Welle | 4 de diciembre de 2023, 7:22 AM

Mustafá Hassan está empezando a preocuparse. "Sharm el-Sheij es segura, es una ciudad de paz”, insiste el egipcio, que trabaja como gerente de alimentos y bebidas en un hotel de la popular ciudad turística. Pero parece que los visitantes lo piensan dos veces antes de venir, explica a DW este hombre de 50 años, padre de cuatro hijos.

"El número de turistas que viaja a Egipto ha disminuido debido a la guerra de Gaza", explicó Hassan. Sharm el-Sheij está a unas tres horas en coche de la frontera israelí y, de todos los sitios turísticos tradicionales de Egipto, es el más cercano a la frontera de Israel. La mayoría de los demás están mucho más lejos.

El 7 de octubre, terroristas de la organización islamista palestina Hamás atacaron Israel, asesinando a más de 1.200 personas, tanto israelíes como de otros países. Desde entonces, Israel ha estado bombardeando la Franja de Gaza, donde está la base de operaciones de Hamás, y como resultado han muerto más de 14.000 palestinos, según el último recuento de víctimas.

Algunos lugares turísticos, como Sharm el-Sheij, dependen económicamente de los visitantes de Israel, sigue explicando Hassan, y esos huéspedes no están llegando debido a lo que sucede en Gaza. Otros hoteles que viven de las reservas de turistas europeos también están pasando por una mala racha.

El impacto apenas comienza a sentirse

"El turismo es una fuente de ingresos para los trabajadores del sector turístico, pero también para quienes trabajan en áreas relacionadas, como los taxistas, los supermercados, centros de buceo y parques de atracciones", según explica Hassan los efectos en cadena.

En este momento, parece que la desaceleración apenas está comenzando, posiblemente porque aquellos viajeros que no pudieron obtener un reembolso siguieron con su viaje según lo planeado. El problema se hará más evidente a medida que se contabilicen las reservas futuras, dijeron agentes de viajes y operadores turísticos; éstas ya han disminuido en los últimos dos meses.

Es demasiado pronto aún para saber cuál será el impacto real, confirmó la consultora financiera Nasser Saidi and Associates, con sede en Dubái y Beirut, en una sesión informativa sobre el mercado, a finales de octubre. Pero las primeras señales son preocupantes, según se dijo allí, ya que desde principios de octubre, las compras de pasajes de avión hacia Egipto han caído un 26%, hacia Jordania, un 49% y hacia el Líbano, un 74%, en comparación con el mismo período del año pasado.

Esto, a pesar de que hay pocas advertencias oficiales de viaje emitidas por los gobiernos para cualquier sitio fuera de los principales lugares del conflicto, es decir, Israel y los Territorios Palestinos ocupados.

El Gobierno estadounidense también ha aconsejado a sus ciudadanos que no vayan al Líbano debido a que allí está presente del grupo Hezbolá.

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Se ralentiza el turismo en Jordania

Por ser vecino de Israel, Jordania también sufrió la cancelación de alrededor de la mitad de sus reservas de hotel en octubre, dijo Hussein Helalat, portavoz de la Asociación de Hoteles de Jordania, a los medios locales, a principios de este mes.

Después de recuperarse finalmente de las secuelas de la pandemia de COVID-19, los hoteleros de Jordania esperaban un índice de ocupación de casi el 95% durante el último trimestre de este año. Ahora, posiblemente podrían alcanzar el 80%, afirmó Helalat. Sitios como Petra, con su arqueología mundialmente famosa, se vieron particularmente afectados porque, en su mayoría, los turistas que acostumbran a visitarla son estadounidenses y europeos. En Jordania, el turismo aporta habitualmente entre el 11% y el 15% de la renta nacional del país.

El empresario turístico y consultor de marketing jordano Najwan al-Masri también ha observado atentamente las cifras. Las de noviembre, recopiladas por la oficina de turismo local, aún no se han publicado, dijo a DW, pero desde septiembre hasta octubre hubo un ligero descenso. Ha pasado de 760.000 visitantes en septiembre a 730.000 en octubre, señaló al-Masri.

"Como parte activa en la industria del turismo, he observado una importante caída en la actividad desde principios de este mes", continuó al-Masri, "incluido un lento movimiento de visitantes internacionales y también dentro del mercado local".

Otros destinos también se han visto muy afectados. Por ejemplo, en Israel, por razones obvias. Belén, que para los cristianos es el lugar de nacimiento de Jesucristo, suele tener su época de mayor actividad durante los feriados de Navidad. Sin embargo, a mediados de noviembre, los cristianos palestinos de la ciudad decidieron que no debería haber celebraciones públicas mientras continúe el conflicto en Gaza.

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Las consecuencias en otros sitios son limitadas

Algunos otros destinos cercanos también sintieron el impacto, pero este ha sido menos agudo. Marruecos y Túnez experimentaron una caída de las reservas de entre el 15% y el 20%, según informaron operadores turísticos al periódico francés Le Monde, a principios de este mes. Y en la cercana Chipre, los turistas israelíes constituían anteriormente alrededor del 15% de todos los visitantes, siendo el segundo mayor grupo que vacacionaba allí después del de los brtitánicos. Ahora no vienen debido a la situación en Israel.

Muchos se preguntan cuánto tiempo durará la caída de este importante sector en la región, o cuál será el efecto final, pero eso sigue siendo tan incierto como la cuestión de cuándo se encontrará una solución duradera al conflicto en Gaza.

Por ahora, las cosas todavía parecen estar bien, dijo Hassan, el gerente hotelero en Sharm el-Sheij. "Pero cuando los hoteleros vean que su fuente de ingresos está disminuyendo debido a la falta de turistas, pensarán en reducir gastos. Y ven que los salarios son el gasto primario”, sugirió.

"En caso de una guerra prolongada, toda la industria del turismo, y especialmente las pequeñas empresas que han prosperado en los últimos años con importantes inversiones de jóvenes jordanos, se verán afectadas", subrayó el consultor de turismo jordano al-Masri. El período navideño es siempre un momento importante para el turismo, y si el conflicto continúa, "el peligro se extiende a nuestra próxima temporada. Sería necesario redoblar los esfuerzos para salvar la temporada en septiembre de 2024", concluyó.