POR José Fernando Araya | 10 de agosto de 2019, 14:53 PM

Un golpe justo al orgullo del león. Un león que llegaba exultante, líder invicto, en la cima, en lo alto. El rey de la selva hasta el momento.

Pero un dardo, un zapatazo increíble le supuso una herida que lo dejó tendido. Un Saprissa mucho más disimulado acabó con Alajuelense en el clásico nacional 1-2 para acabar con el invicto manudo y silenciar el Morera Soto.

Un clásico es una historia distinta, y un Saprissa, sin etiqueta de favorito, lo volvió a demostrar.

Pecado manudo.

Los manudos tuvieron para acomodarse el juego tras una ventaja lograda gracias a un error de Kevin Briceño, pero a partir de ahí se desdibujó y cometió un grave error: regalarle la iniciativa a un cuadro morado que gusta usar su traje ofensivo.

Alajuelense se encontró la ventaja gracias a la desatención sin sentido de Briceño tras un cobro de tiro libre. El portero se abalanzó sin sentido hacia el frente y quedó hincado dejando toda la puerta para que José Miguel Cubero marcara de cabeza con facilidad al minuto 7.

El gol parecía ser el regalo necesario para encender la fiesta rojinegra en las gradas, pero más bien no fue así. La Liga pecó y le abrió las puertas de par en par a los morados.  

Por ahí también influyó la buena lectura de Wálter Centeno. El técnico morado cambió de banda a Randall Leal, quien la pasaba mal con las intervenciones de Facundo Zabala, y ya en la izquierda el joven volante comenzó a hacer su acostumbrado fútbol.

También destacó la buena labor de Michael Barrantes, el arquitecto tibaseño en el Morera Soto, quien con espacio es letal y quedó registrado en dos tremendos remates, el primero al 27 que se estrelló en el horizontal para el silencio de la Catedral manuda; el segundo, obligando a un paradón a Adonis Pineda al 47’. Barrantes fue uno de los puntos más altos del partido.

Un Saprissa mucho más cómodo se encontró el empate en una falta de penal de Kenner Gutiérrez sobre Leal y que transformaría en gol Johan Venegas antes del silbato del medio tiempo.

Con el 1-1, la afición manuda que llegaba confiada al clásico por el buen momento de su equipo, se dio cuenta con el partido estaba más difícil de lo que esperaban.

Mientras los tibaseños apretaban, Alajuelense equiparó un poco las cosas con la llegada del incómodo Jonathan McDonald, pero al final poco pudo hacer. Incluso los manudos terminaron sin remates al arco en el segundo tiempo.

Pero ese equilibrio se acabaría al 80’.

Leal tomó la pelota con espacio y sacó un riflazo imposible. Adonis Pineda voló, pero poco pudo hacer. El destino del juego quedaba sentenciado a favor tibaseño 1-2.

Un golazo que de inmediato silenció el Morera Soto y acabó con el invicto que llevaba el cuadro rojinegro.

Celebró Paté con los brazos en alto y celebraron pocos en las gradas del Morera Soto. El monstruo morado volvió a hacer de las suyas en un clásico nacional.

Repase las principales incidencias del juego acá: