POR | 21 de octubre de 2024, 15:31 PM

Dr. Alexander López / Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica.​

El Premio Nobel de Economía 2024 ha sido otorgado a Daron Acemoğlu, Simon Johnson y James Robinson por sus estudios sobre como las instituciones forman y afectan la sociedad.  Dos libros recogen buena parte de las investigaciones y tesis en esta materia por parte de los autores de ¿Por qué fracasan los países? (2012) y más recientemente Poder y Progreso (2023).  Para ellos, las instituciones explican el progreso de las sociedades y sus cambios requieren coaliciones ganadoras que los promuevan. En estas luchas, los ganadores podrán imponer instituciones extractivas o inclusivas.

La tesis institucional ha sido ampliamente discutida ya por varios años y aplicada a diferentes campos. En ese sentido, en mi más reciente libro titulado La Gobernanza de Cuencas Transfronterizas: Un Reto Allende del Estado Nación (2023), abordo el tema institucional y se argumenta que, a pesar de sus imperfecciones, la construcción de capacidad institucional es el método más sólido y efectivo para resolver problemas sobre el uso del recurso hídrico. 

Las instituciones pueden funcionar como la mejor herramienta para mejorar los incentivos, asignar el recurso hídrico y, en general, mejorar la gobernanza de una cuenca. Es decir, son precisamente los marcos institucionales los responsables de tener más o menos conflictos o cooperación en escenarios de cuencas transfronterizas, ya que son precisamente las instituciones las que actúan como un amortiguador de la incompatibilidad de intereses entre actores y usuarios.

Los resultados que presento en el libro basado en la base de datos de Oregon State University, en donde apoyado en el trabajo de Wolf, Yoffe y Giordano (2003), se demuestra que ninguna variable física del entorno era tan significativa como para establecer una relación causal con el conflicto; además, que las democracias eran igual de conflictivas que las autocracias, los países ricos igual a los pobres, los densamente poblados como los poco poblados. Lo que encontraron, sin embargo, es que la variable clave que permitió mantener relativamente bajo el nivel de conflictividad en el mundo fue la capacidad institucional.

Es así como los conflictos internacionales por el manejo del agua pueden suceder cuando no hay una institución que enmarque los derechos y responsabilidades de un cuerpo de agua compartido, ni un acuerdo o arreglos implícitos. Las instituciones pueden reducir el potencial de conflicto de diversas razones. Una de ellas es que estas instituciones permiten que los intereses de cada parte sean considerados durante procesos de toma de decisiones, creando soluciones orientadas a ganar-ganar. Las instituciones también proveen oportunidades para colaborar y encontrar información en conjunto, que puede llevar a un mejor y más legítimo proceso de toma de decisiones.

Sin embargo, la sola presencia de instituciones no implica per se la efectividad, pues, es necesario que cuente con mecanismos de implementación, cumplimiento y monitoreo. Por ejemplo, Lautze y Giordano (2005) analizaron 153 acuerdos relacionados con el manejo del agua en África e identificaron que solo 108 tenían contenido sustantivo, pero muchos de ellos no fueron implementados nunca o su uso fue descontinuado.

En ese sentido, reconociendo la importancia del diseño de las instituciones como uno de los factores clave que garanticen la efectividad, se identifican algunos aspectos relevantes que mejoran la capacidad institucional para prevenir el conflicto por recursos hídricos transfronterizos:

  • Una estructura de gestión adaptable: flexibilidad que facilite la retroalimentación de los stakeholders; además, que permita cambiar las prioridades de la gestión de la cuenca.
  • Distribución equitativa de los beneficios: este concepto no se refiere a la asignación del agua per se, sino a los beneficios provenientes de su uso (plantas hidroeléctricas, agricultura, desarrollo económico, entre otros). Las instituciones deben facilitar la distribución de los beneficios; como un factor que mejora su propio impacto.
  • Mecanismos claros de cumplimiento: la efectividad no solo depende de las provisiones del acuerdo, sino de los mecanismos de monitoreo y cumplimiento.

Otro de los aspectos clave que se han hecho notar a partir del estudio de las instituciones en las cuencas transfronterizas es que, una vez establecidos, los acuerdos institucionales suelen ser resilientes, incluso a pesar de la existencia de conflicto entre las partes en otras áreas. El caso más icónico en este aspecto es el Tratado sobre las Aguas del Indo entre India y Pakistán, muchas de las disposiciones del tratado se han continuado implementando incluso en tiempos de conflicto, por ejemplo, la Comisión Permanente del Indo ha sobrevivido a tres guerras entre ambos Estados.

En conclusión, el desarrollo de la capacidad institucional es aún más necesario conforme pasa el tiempo, pues el deterioro de la oferta global de agua y el aumento de la demanda suponen uno de los mayores retos para la gobernanza pacífica de cuencas transfronterizas. La gestión compartida de recursos hídricos es necesaria para el desarrollo socioeconómico, la sostenibilidad ambiental, así como para mantener la paz y seguridad internacionales.

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