POR Greivin Moya | 5 de mayo de 2020, 20:39 PM

Los pueblos de la costa en la península de Nicoya comienzan a sentir con mayor fuerza las repercusiones del paro.

Muchas de estas personas trabajaban en actividades turísticas, en hoteles, en una soda o restaurante, en agricultura o en la pesca, pero todo esto está colapsado por el confinamiento.

Según manifiestan vecinos de playa Naranjo, Cabo Blanco, Lepanto, playa Blanca y las islas del Golfo, están soportando en medio de la escasez.

Quedaron desempleados y ya tienen dos meses en estas condiciones. Estos lugares que explotan el turismo quedaron a la deriva, incluso el ferry disminuyo su servicio y esto por supuesto afecta a los lugareños en el transporte normal que conecta la península con el centro de Puntarenas.

La mayoría esperan ayuda del gobierno local o central. Aquí en el sector de Cabo Blanco de Lepanto los vecinos critican que pasaron repartiendo comestibles, pero solo a algunos les dieron no ha todos; aun cuando las repercusiones y los ingresos son nulos para todos en este sector.

La municipalidad o la intendencia en Jicaral levantó una lista de personas, para distribuir alimentos básicos, sin embargo, no saben con qué criterio seleccionan. Tomando en cuenta que casi todas estas comunidades o los hogares están afectados desde hace dos meses con cero ingresos.

Vea los detalles en el video adjunto.