POR Juan José Herrera | 8 de mayo de 2020, 17:33 PM

Isidro Espinoza es uno más de los miles de costarricenses que se quedaron sin trabajo por motivo de la pandemia del COVID-19.

Este vecino de Sonafluca de San Carlos trabajaba en mantenimiento de un hotel en La Fortuna, sin embargo, desde el 19 de marzo anterior le comunicaron que debían suspenderlo debido a la nula visitación que provocó la emergencia.

“Me dijeron que estaba suspendido y usted sabe que eso es igual a no tener trabajo”, dice con amargura este padre de tres hijos y quien este próximo 15 de mayo cumplirá 42 años.

Pero en medio de la necesidad de mantener a su familia, don Isidro tenía claro que no podía quedarse de brazos cruzados.

Fue así como esta semana decidió postear una imagen en la página de Facebook “Empleos La Fortuna”, donde se lee: “a cambio de víveres, se chapean zonas verdes”.

El éxito fue inmediato.

La imagen de él con su motoguadaña ha sido compartida más de 10.000 veces y lo han contactado personas de todo el país.

“Me pareció bonito intentarlo, le dije a mi mujer que lo hiciéramos, que con lotecitos pequeños podría traer algo que nos dieran y que si ya eran muy grande iba a intentar negociar algo de platica, pero jamás creí que llegara tan lejos.

“Me han llamado de todas partes, de Limón, de Heredia, de Pérez Zeledón... Es algo que no esperaba. Mucha gente me ha ofrecido trabajo y ayuda, lástima que estén tan largo, aunque algunos me han dicho que cuando vengan para San Carlos pasan”, asegura esperanzado.

Esas ganas y su motoguadaña, que sacó a crédito de un almacén en enero pasado, son las que los han sostenido estos dos meses de la emergencia.

“La hemos pulseado con la chapeadita, ahí la voy pagando. Con los trabajitos me ido ganando unos cinquitos, gracias a Dios la doña es miscelánea en la escuela y a ella le siguen pagando, eso nos ha ayudado un montón”, afirmó.

El hotel en el que trabajaba también les ayudó con comida, mientras que esta semana recibió finalmente el bono Proteger.

“No me avisaron, fue que unos compañeros me dijeron que ya a ellos les había llegado, fui a revisar y efectivamente ahí estaba, es una bendición”, dice.

Su publicación también le ha disparado las ofertas laborales: “mañana tengo que chapear tres lotes y el domingo dos, uno de esos grande, ahí me voy a ganar alguito porque también tengo que sacar para la gasolina”, dice con tono humilde.

Él no cree que su actitud frente a la emergencia lo haga diferente a los demás, sino más bien las circunstancias.

“Tal vez no todos tienen una guadañita como yo o la posibilidad de conseguir una, pero hay que echar 'pa’lante', hay que inventarse algo, para eso Dios nos da salud. Si tienen una máquina de soldar ofrezcan, o pintar una casa, lo que sea, lo que uno se gane en estos tiempos es una bendición”, finalizó.

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