POR Juan José Herrera | 22 de julio de 2020, 10:57 AM

De febrero a junio anterior, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) reportó la pérdida de casi 100 mil cotizantes del sector privado por motivo de la pandemia del COVID-19.

El director de pensiones de la Caja, Ubaldo Carrillo, sumó esa situación a la lista de efectos negativos que ha tenido la emergencia en los diferentes regímenes, incluyendo la reducción de la base mínima contributiva y la caída en los salarios como parte de las reducciones de jornadas.

Esa disminución sostenida en las cuotas ha obligado a la institución a cubrir el faltante con intereses de la reserva. Todos esos efectos se sentirán en el corto y mediano plazo, añadió el gerente de pensiones, Jaime Barrantes.

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Las explicaciones de ambos fueron parte del informe que presentó esta mañana la CCSS a los diputados de la comisión especial que analiza las finanzas de la institución.

Carrillo explicó que a esa caída de cotizantes en el sector privado hay que sumarle otros 2.000 más del público que ahora mismo desconocen por qué dejaron de cotizar.

“Aquí hay que dejar claro que la pérdida de cotizantes del sector privado nos duele, pero nos duelen todavía más los del público porque si vemos el salario del sector público es casi el doble, eso quiere decir que el aporte de cada trabajador público es como el doble del privado”, dijo el director.

El funcionario detalló que, si se compara con diciembre, la Caja tenía 1.590.000 cotizantes, contra los 1.285.302 que se reportaron a junio.

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Carrillo fue enfático en que, sumado a todo esto, los cambios en la cantidad de nacimientos, el aumento en la esperanza de vida y la tasa de mortalidad están generando serias presiones en todos los regímenes de pensiones en todo el país.

El añadió que el país tiene cambios demográficos importantes que podría generar una presión importante al régimen de pensiones y aseguró que se debe implementar una reforma integral donde se deben integrar tanto el régimen no contributivo con el de Invalidez, Vejez y Muerte.

“Si logramos que suba la productividad y los ingresos, esto generaría mayores ingresos para la Seguridad Social y mayor estabilidad”, dijo.

La Caja reveló que en menos de 20 años la gestión de pensiones se multiplicó al menos cuatro veces.

Carrillo aseguró que los ministros de Trabajo y Hacienda se comprometieron a compensar la pérdida por la disminución en la base mínima contributiva y que apenas se tenga una resolución clara en ese sentido se valorará la entrega de nuevas pensiones del régimen no contributivo.

“En los próximos días se estaría normalizando la entrega de pensiones”, finalizó.